Apodado cariñosamente Filtro y también Toca nube, José Luis forma parte de los activos de una Cali que se nos escapa cada vez más y requiere de personas icónicas que como él, son biblias andantes que s e saben la vida y milagros de toda la parroquia sin caer en las perversidades de los chismes y los comentarios dañinos y malosos.José Luis, experto como pocos en tierras y ganados, conoce palmo a palmo todas las plazas y hectáreas del Valle así como la tradición de las fincas y las haciendas y sus respectivos propietarios.Es además geneólogo insigne y sabe de hijos, padres, abuelos y hasta de las tataraputas que no faltan en todas las familias. Charlar con él es hacer un recorrido histórico-geográfico por la petite histoire de la comarca, salpicado de anécdotas y datos curiosos que ha almacenado en su prodigioso disco duro en el que uno no se explica cómo le caben tantos datos.Pero quizá lo más asombroso de su memoria es que se sabe las placas de los carros de sus amigos, las que les recita con una pasmosa exactitud. Así es pues el buen José Luis.Sin embargo y como no hay felicidad completa, un infarto y una trombosis que sufrió casi al tiempo hace unas semanas nos dejó a sus amigos en una orfandad triste y melancólica. No poder seguir contando con su charla parsimoniosa y armónica. Privarnos de su presencia siempre alegre y positiva. No tener más la cercanía de ese ser noble, culto e incapaz de hacerle daño a nadie e incluso no contar más con el conductor elegido que se trasnochaba con sus afectos sin tomarse un solo trago, era nublar de gris los sinceros afectos.Aunque no había muerto, muchos lo dieron por tal a pesar que nos decían que se estaba recuperando: que apretaba la mano cuando lo iban a saludar. Que conocía a sus más allegados. Que se había levantado. Que había dado dos pasos. Que balbuceaba palabras ininteligibles pero que la parca estaba parqueada deseosa de llevárselo en cualquier momento sacándolo del hogar geriátrico en que estaba recluido.Hasta que el viernes pasado apareció. Llegó a la tertulia de sus amigos provocando distintas reacciones: unos lloramos, otros aplaudieron, los más se sobaron incrédulos los ojos. Hubo uno que lanzó un madrazo que retumbó en todo el recinto. Allí estaba José Luis con alma, vida y sombrero, enguayaberado e impecable. Había entrado caminando y cuando vio a sus mompas de tantísimos años se emocionó conmovido.Cada uno, además de saludarlo con fruición y apego, se hizo a su lado y conversó con él. Se hicieron chistes, se le abrazó y a pesar de que aún no habla como esperamos que así sea dentro de poco, se le entendió perfectamente porque piensa y razona como siempre.Preguntándole a su compañera de toda la vida acerca de lo que es considerado un milagro, se limitó a contestar que era el amor filial de sus tres hijas, de su hermano con el que no se veía desde hacía más de 14 años y de su familia entre los que están sus amigos del alma. Ello hizo que Filtro y/o Toca nube esté de nuevo recordándonos que así la vida sea un ratico, bien vale la pena vivirla al lado de seres tan especiales e irrepetibles como él.PD: El domingo pasado a la 1:00 p.m. una pareja que subía en su auto al Km 18 a almorzar fue asaltada por dos mozalbetes que se desplazaban en una moto portando el pasajero una pistola con la que intimidó a la conductora obligándola a entregarle su celular y el bolso. Esto ocurrió 500 metros antes del llamado retén forestal donde hay Policía. Vuelve el pavor a Terror Coloriado porque hay docenas de casos similares.