Tras dos meses en la Unidad de Cuidados Intensivos, me confirman que ya está listo para irse para su casa y luego de ocho largas y tortuosas semanas y con quien el virus maldito se ensañó a pesar de haber recibido las dos vacunas y haberse cuidado con todos los protocolos habidos y por haber.

Y es que el covid no respeta nada y nadie está total y absolutamente inmune a esta plaga que nos jodió la vida y de la cual -repito- nadie esta exento.

O sea que a cuidarnos al máximo, aunque al que le va dar le da y la parca se lo puede llevar a uno así porque así y punto.

Pero bueno. El hecho es que Pacho se salvó y dentro de poco lo veremos azotando no solo las calles de su Cali amada sino además los campos floridos que le son tan afines y en los que ha pasado la mayor parte de su vida.

Porque ante todo ha sido un agricultor de esos que madrugan harto y se acuestan temprano y que ha incursionado en toda clase de cultivos, algunas veces con éxito y otras no tanto, pero quee siempre se ha vuelto a levantar porque para optimistas, él.

Y también ha sido capaz de medírsele a otros menesteres como las dirigencias gremiales tanto regionales como nacionales y hasta le dio una vez por incursionar en la política y llegó a ser hasta gobernador de su departamento, en donde, y contra todo pronóstico, lo hizo con lujo de competencia a pesar de que no sabía hablar en público y en sus discursos patinaba, patinaba y patinaba.

Su balance fue satisfactorio dicen -entre otras cosas- que por hacerse el huevón muchas veces consiguiendo así manejar a los políticos con una pasmosa habilidad. Tanto que fue candidato más de una vez al Ministerio de Agricultura donde igual lo hubiera hecho muy bien. Ah, y además, le dio por volver a ser gobernador, recibiendo de Clara Luz tremenda muenda. Zapatero a tus zapatos, dicen por ahí.

Así que volvió a la tierra y al campesinato y en esas andaba cuando le dio un covid bien pero bien fuerte, del cual salió adelante. Me dicen que está con unas ganas locas de comerse al mundo y a fe que lo consigue porque si algo tiene es constancia, perseverancia y tenacidad.

Creo que el covid perdió una batalla más y el Valle, la agricultura y la sociedad, ganaron recuperando a un excelso ciudadano, hombre ponderado y referente como pocos de la vallecaucanidad.

Indiscutiblemente, Francisco José Lourido Muñoz será un referente cívico y gremial de primer orden y ahora más que nunca un amigo incomparable se esos que ya no vienen.

Y en lo que a mí me toca, me siento feliz de que dentro de poco volverá a Oye Cali en donde ha sido panelista desde hace varios años y en donde lo hemos extrañado. Así que bienvenido a la vida. ¡Tendremos Pacho pa’rato!

***

Posdata. El doctor Lourido, estuvo bajo el cuidado de la Clínica Dime con su director Fernando Gómez Villafane a la cabeza; Hugo Pena, intensivista; Manuel Hurtado, internista; y su ángel de la guarda de ya casi toda su vida, la doctora Carolina Isaza de Lourido.