Le he seguido los pasos a Jaime Araújo Rentería desde cuando ejerció como magistrado de la Corte Constitucional —de la que fue presidente—, donde cumplió eficiente gestión.
Sus bien ponderados fallos, sus ponencias llenas de sabiduría, su explicación razonada de las providencias y su voz de académico lo mostraron siempre como un togado a la altura de los mejores de Colombia.
Abogado del Externado de Colombia, a mí se me antoja compararlo con los grandes maestros de quienes recibí sus enseñanzas en la querida universidad.
Gracias a los buenos oficios de su compañero de promoción Luis Ignacio Daza, tuvimos la oportunidad de que el doctor Araújo asistiera a un almuerzo de la Mesa Liberal del Club Colombia.
Araújo está en plan de candidato presidencial, y nos informó sobre su visión de país y sus propuestas de cambio. Se identifica como candidato de la sociedad civil indignada, porque la inseguridad está desbordada.
Esa sociedad civil democrática, hombres y mujeres democráticos, jóvenes democráticos, víctimas del conflicto armado democráticas, trabajadores e intelectuales independientes, miembros de organismos políticos y sociales de base, todos quieren ser sujetos y no objetos de nuestro proceso histórico, tanto en el campo económico, social, cultural, ideológico y político de Colombia.
Araújo explicó que los ejes centrales de sus propuestas son la defensa y la ampliación de los derechos humanos para todos los colombianos; que es un candidato confiable, pues la gente le cree porque ha defendido y ha hecho mucho por los derechos de sus compatriotas, pues como dijo José Martí, la mejor manera de dar es hacer, tal como lo ha hecho en los espacios en los que ha actuado.
Dice que dictó por primera vez, como magistrado, la Sentencia C/149 de 2001 a las víctimas de la violencia a las que se les venían postergando sus derechos a la verdad, la justicia, la reparación y la garantía de no repetición, a las mujeres cabezas de familia, o la libertad para que decidieran autónomamente qué hacer cuando resultaban embarazadas al sufrir la tragedia de una violación.
A los trabajadores les dio el derecho de contratar el valor adquisitivo de su salario, a los pensionados que les llegue la pensión y no se queden esperando toda la vida como el Coronel de García Márquez.
Defendió los derechos de los menos para que prevalecieran sobre los más, defendió a los afrodescendientes para que les permitieran el acceso a una discoteca en Cartagena y a los indígenas cuando les quitaban sus tierras ancestrales.
Araújo explica por qué Colombia necesita una reforma constitucional democrática y política que modifique el modelo de Estado, para pasar del Estado central al Estado federal, que permita la reforma política, la reforma a la justicia, la reforma agraria y la financiera.
Nos recordó sus vínculos con el Valle del Cauca porque como dijo Rafael Escalona, “Colombia tiene dos Valles que no puede olvidar, el uno es el Valle del Cauca y el otro, Valledupar”, pues su padre era vallenato y su madre vallecaucana, de Tuluá.
Araújo está recogiendo firmas en apoyo a su candidatura. Juzgo que, de los 85 aspirantes, es uno de los más sensatos y competentes.
Para la Mesa Liberal y para mí, como externadista, fue muy grata la presencia del doctor Jaime Araújo en ese almuerzo.