Tu estado de ánimo depende en gran medida de aquello que eliges mirar a tu alrededor: La luz o las tinieblas.
Si quieres te quejas de la oscuridad de la noche, si lo prefieres te maravillas con las estrellas.
Mejor aún, si te llenas de amor y das gracias a la oscuridad porque te permite apreciar la clara luz.
Elige valorarlo todo y un día verás como nada para ti es negativo y a todo lo encuentras un sentido.
Feliz ese día en el que dejas de rotular los hechos o las personas como buenas o malas. Simplemente son.
Sencillamente entiendes que en el orden del universo los opuestos son necesarios y los contrastes te pulen.
Para el sabio la carencia es tolerable, la enfermedad una maestra y los problemas oportunidades.
Para él y, ojalá también para ti, nada es bueno ni malo y todo es necesario en el aparente caos. Todo va como debe ser.
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