Es cierto que el otro es tu espejo y fácilmente en él admiras tus cualidades, y juzgas tus propios defectos que quizás no reconoces.

Ver en el otro a tu hermano te lleva a ser amorosamente compasivo y erradicar todos los juzgamientos y críticas.

Con respeto acepta que estás en este plano para cambiar a una sola persona. Esa persona eres tú mismo.

Si te amas, te aceptas como eres, identificas tus talentos para dar lo mejor y te dedicas a corregir tus falencias.

Eres más valioso de lo que crees, eres un hijo de la luz, eres un hijo del amor divino, reconócete y ámate.

Date el regalo de sanar viejas heridas con amor y comprensión ya que tus padres te dieron lo que podían en su realidad.

Al mirar tus fallas no te culpes y perdónate ya que estabas en inconsciencia, en ignorancia y en desamor.

Date el gran regalo de vivir en amor, en consciencia y en coherencia porque así estás en paz y en armonía.
Sigue en Instagram @Gonzalogallog