Sería bueno que la Academia de la Lengua permitiera que el verbo para dar gracias se escribiera así: Agradeser.
Entonces, como nos gusta sentirnos agradables, te animarías a dar gracias sin cesar porque hacerlo es “agrado para tu ser”.
Pero la gratitud da mucho más que agrado al ser ya que sus beneficios son numerosos y estupendos:
Eleva el estado anímico, alegra, motiva, mejora las relaciones e, incluso, influye en un mejor estado de salud.
Anímate a dar gracias por lo que en apariencia es insignificante y no solo por lo que ves como grandioso.
Agradece todo lo que miras y todo lo que mejora la calidad de tu vida. Donde miras hay algo digno de gratitud y al reconocerlo lo valoras.
Aprende a dar gracias por lo que ves como malo o negativo ya que, si lo sabes asumir, te regalará valiosos aprendizajes.
Conozco a muchas personas que dan gracias por una enfermedad, una derrota o una quiebra que los llevó a ser mejores personas. ¿Has dado
gracias por la pandemia?
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