Con fe superas los obstáculos.
Te invito a repetir con frecuencia algo que escribió Leonardo da Vinci en uno de sus cuadernos: “Los obstáculos no me vencen”.
De hecho, Da Vinci también conoció el fracaso en su vida y no todo lo que intentó le salió bien.
Un proyecto que dirigió para desviar el río Arno sólo trajo ruinosos gastos a la ciudad de Florencia.
También fueron inútiles los esfuerzos e ingentes los gastos para activar una máquina voladora que nunca despegó del suelo.
El mal llamado ‘fracaso’ es un muy valioso aprendizaje para ti si eres optimista y perseverante.
Ser positivo y paciente te ayuda a huir de la rigidez mental. Elige ser flexible y, confía y aplaca las dudas.
Un triunfador también comete errores, sólo que aprende de ellos y tiene una persistencia superlativa.
Vence con fe los obstáculos y recuerda que el fracaso sólo existe cuando te das por vencido.
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