‘Seguidores del Camino’ fue el primer nombre que se dieron los que después se llamaron cristianos.
Es fácil que ese título provenga de lo que dijo Yeshúa: “Yo soy el camino la verdad y la vida” (Juan 14.6 e).
Es muy interesante porque camino invita a estar en movimiento para no estancarse. Agua que se estanca, se pudre.
Se hace camino al andar, dijo el poeta español Antonio Machado.
Sé un caminante amigo del cambio porque el cambio es lo único estable y te impide instalarte para tu mal en la zona de falso confort.
Quien se cierra al cambio y no se renueva está muerto en vida.
El ego soberbio lleva al humano a hacer resistencia al cambio y a lo nuevo en su vida o su trabajo.
Al errar así no es consciente de los muchos males que esa actitud cerrada genera.
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