Gracias Dios por tu amor ilimitado. Mi vida puede ser un triunfo a pesar de las derrotas o un fracaso a pesar de ciertos triunfos.
Hay victorias pírricas, con un pobre alcance material, que se consiguen a costa de los más caros principios y de la paz interior.
Por eso hay que preguntarnos siempre: ¿A costa de qué gano más dinero? ¿A costa de qué tengo poder o fama?
Dios, si vivo unido a ti, me puedo sustraer a los halagos del poder, el placer y el poseer desligado del verdadero amor.
Tomo consciencia, despierto y crezco en amor puro sin buscar sustitutos que me dejan insatisfecho.
No es fácil sustraerse al embrujo de lo material, pero esa es mi tarea y mi mejor desafío.
Amoroso Padre, la luz brilla en el espacio del Ser y solo allí se disfruta lo que se tiene sin caer en un consumismo ilimitado.
Rico no es el que más tiene, sino el que menos desea. Por eso hay ricos y pobres y muchos pobres ricos. Gracias Dios por tu amor.