Siente euforia cuando en tu actuar se desvanece todo atisbo de hostilidad y en todo obras con amor y serenidad.

Cuando reaccionas con ira hay punzadas en tu interior y lo que se da son desmanes y opresión en tu ser.

¡Qué bueno cuando lo que ven los otros en ti son acciones amorosas y no simples destellos de bondad!

Ámate y ama sin atenuantes, ama sin la ponzoña del egoísmo, ama sin celos y sin recelos para no estar malogrado.

Da al universo el regalo de la paz. Luchando y peleando no se va a conseguir la paz jamás.

La paz se consigue solo desde la aceptación apoyada en una vibración de amor y según el orden del universo.

Es la paz tuya, no la de los demás. Tú no puedes conseguir la paz para otra persona; eso es imposible.

El ego soberbio piensa que puede producir paz para otros. La paz, como el amor, es un asunto personal. Yo estoy en paz o no lo estoy.