Ámate y no seas una de esas personas que se enredan la vida debido a una idolatría irracional a la razón en detrimento del corazón.

Con razones, sin razones y argucias le dan toda la importancia al pensamiento y desechan los sentimientos.

Para ellos lo prioritario no es amar, es pensar y creer que todo en la existencia tiene que ser lógico y científico.

Pero la vida y el amor se mueven en otros ámbitos y lo sano es armonizar razón y corazón, pensamientos y sentimientos.

De hecho, también falla aquel que no razona y se deja guiar solo por los sentimientos y los instintos.

Detente y examina tu actuar sin autoengaños. ¿Sigues tu corazón y al mismo tiempo le das espacio a la razón?

Un sabio afirmó que el corazón suele tener razones o motivos que la razón no entiende, y es verdad.

Vibra solo en amor y escucha tu corazón en estados de silencio y meditación. Es tu mejor brújula.

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