En momentos críticos los agoreros de fatalidades se regodean anunciando un próximo fin del mundo.
Lo han hecho durante dos mil años anunciando una próxima venida de Cristo y siempre hay ingenuos que se lo creen.
Acomodan el Apocalipsis como pueden, se equivocan, pero no se arredran y vuelven a fijar nuevas fechas del supuesto cataclismo.
Otros no manipulan la Biblia sino las profecías ambiguas y elásticas de Nostradamus publicadas en 1555.
El rebaño de los incautos es muy abundante y mezclar fe y miedo llena los templos y deja pingues ganancias o diezmos.
Hay líderes religiosos excelentes y otros que inician su predicación a pie y en cuatro años andan con guardaespaldas.
En fin, cada cual rendirá a Dios cuenta de cómo actúa pero tú elige ser crítico y pensante. No tragues entero.
O ríete como el que al letrero sobre un muro: ‘Cristo ya viene’, le agregó: ‘Única presentación en el estadio’.
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