El buen humor une a las personas, alegra, es terapéutico y es un buen antídoto contra el tedio.
Cultívalo riéndote de ti mismo, mirando todo lo bueno, siendo descomplicado y teniendo un carácter afable.
No seas tan trascendental, ama la vida con la avidez de los niños y valora las pequeñas cosas.
La terapia de la risa ha curado a muchos y el buen humor es como una soldadura en las relaciones.
Mira de nuevo la película Patch Adams y piensa: ¿qué más puedo hacer para ser menos adusto y más alegre?
Alégrate con apuntes graciosos que te reconcilian con la vida:
- Hay tres modos de que algo se haga: hacerlo uno mismo, pagar a otro para que lo haga, o prohibir a los hijos hacerlo.
- Mi marido y yo nos divorciamos por diferencias religiosas: él creía que era Dios, y yo no.
- La comida más peligrosa es el pastel de boda.
- El amor es ciego, pero los vecinos no.
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