Uno de los mejores regalos que te puedes dar no necesitas comprarlo en un centro comercial porque es gratuito.

Es tomar consciencia del tremendo poder de tus pensamientos y de las palabras que salen de tu boca o que no pronuncias.

Piensa en la fuerza colosal del agua en las anchas cataratas Victoria en el río Zambeze, y acaso lo captes.

El escritor inglés William Shakespeare acertó al regalarnos esta frase: “Hay palabras que son como puñales”.

Si, hieren en lo profundo del alma, pero también hay suaves y dulces palabras que sanan las heridas del corazón.

Está alerta con el modo como piensas y como hablas ya que a la larga eres lo que hablas y lo que piensas.

Un 'no puedo' repetido termina siendo una orden o un decreto, y muchas veces lo que se decreta se concreta.

Un 'quiero' es bien poderoso. Un 'quisiera hacer ejercicio' es débil, y lo más seguro es que no lo harás.
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