Gracias a Dios y, paso a paso, la mujer va despertando de un letargo secular y desterrando un machismo deplorable.
Los logros se palpan en el liderazgo femenino, mejores relaciones de pareja y su nuevo y valioso rol en la sociedad.
En muchas partes existen grupos o sororidades de mujeres que se ayudan a valorarse y dar lo mejor de sí mismas.
Una amiga mía llamada Teresa lidera una en Bogotá, y otra llamada María Fernanda González otros Grupos en Cali y Miami.
Estos llevan el positivo nombre de Mujeres aprendiendo a amar. Y es que ahí está la clave del cambio.
Quien no se ama sufre con relaciones tóxicas en las que es habitual repetir los patrones enfermizos de los padres.
Los futurólogos predijeron un Siglo XXI con el renacer femenino que es real, aunque falta mucho trecho por andar.
Los hombres somos sabios al apoyar eso. Hombres y mujeres pueden y deben convivir en armonía sin un machismo o un feminismo que lleven a la contienda. ¿En el Eje Cafetero hay sororidades?
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