La decisión de la Procuraduría General de citar a audiencia pública, el próximo 20 de enero, a once cabildantes del periodo 2004-2007 para que respondan por las presuntas irregularidades cometidas en la elección del contralor Municipal Miguel Eric Piedrahíta, quien estaba inhabilitado para ejercer el cargo, ha puesto a tambalear todo el panorama político regional.Pocos apostaban a que este proceso se reactivara y debieron pasar más de cinco años para que, por fin, se moviera este escandaloso y bochornoso episodio de la trapisonda política local.Piedrahíta era un gris funcionario de la Contraloría Municipal, ficha del concejal José Luis Pérez. En ese momento el inefable Juan Carlos Abadía era, como no, el rey del Concejo. Hacía y deshacía en los pasillos del Cabildo y tenía postrados a sus pies a una gran mayoría de sus colegas. Convencía con risitas, conversaciones, palmaditas o como fuera, pero convencía. Si no que lo diga el entonces concejal Christian Garcés, quien terminó enredado en la telaraña y hoy con su futuro político bastante oscurecido por cuenta de este error.Pues bien, Piedrahíta era clave para Abadía y su combo en la Contraloría y por eso lo querían hacer elegir como fuera. En ese momento el titular de la Contraloría era Jorge Portocarrero, quien renunció al cargo para postular su nombre a la Alcaldía de Cali. Sin embargo, Portocarrero, recuerdo, me lo advirtió: “Piedrahíta es un pésimo funcionario y es una persona a la cual no le tengo confianza”.Portocarrero no lo podía sacar de la Contraloría por esos tristes y oscuros acuerdos políticos, pero era claro que no era un funcionario de su confianza y menos el indicado para continuar con procesos tan complejos como los que se llevaban a cabo en ese momento, relacionados con la cuestionada administración de Apolinar Salcedo.El entonces titular de la Contraloría, quien evidentemente conocía a Piedrahíta y sabía de sus serias limitaciones profesionales y de su poca calidad para ejercer el cargo, hábilmente lo nombró en un cargo menor para sacarlo del camino. Sin embargo, en una jugada maestra (‘abadiesca’, si se puede acuñar el término) José Luis Pérez (su mentor) y, lógicamente, Juan Carlos Abadía, le ordenaron a Piedrahíta no aceptar el nuevo cargo y renunciar, para que fuera candidato a la Contraloría, con la seguridad de que iba a ser elegido, pues según sus cuentas no iba a estar inhabilitado.No hacía falta ser un genio para saber que Piedrahíta era la peor elección que podían hacer los concejales. Pero como para ellos lo importante era tener un contralor de bolsillo, pues lo eligieron. Lo peor es que lo escogieron contra viento y marea, es decir, pasando por encima de conceptos de importantes juristas de la región que advirtieron que Piedrahíta estaba inhabilitado para ejercer el cargo porque se había desempeñado como subcontralor de Cali desde el 3 de febrero del 2003 hasta el 18 de septiembre del 2006. Además, había fungido como contralor encargado en infinidad de ocasiones, la ultima de ellas el 13 de septiembre del 2006, tres meses antes de ser elegido.Era tal el error en que se estaba incurriendo que, como pocas veces sucede, varios concejales comenzaron a ‘cantar’ su voto porque sabían lo que se vendría ‘pierna arriba’.Por muchos meses este proceso durmió el sueño de los justos, luego de que la entonces procuradora regional Gloria Edith Ramírez se hiciera la de la vista gorda con el caso (luego entendí por qué: Gloria Edith es la esposa de Julio César Martínez, más conocido en el mundo político como ‘Yuyo’, ¿lo recuerdan? Este personaje era íntimo amigo de Abadía, quien lo nombró Secretario General... Blanco es gallina lo pone...) Pues bien, por fin reventó el proceso y los citados a la Procuraduría son Cesar Tulio Delgado Blandón, actual Senador de la República; Juan Carlos Abadía Campo (ex gobernador, destituido); José Luis Pérez Oyuela (actual concejal), Piedad Varela Marmolejo (fuera de la política), Jaime Adolfo Gasca Cuéllar (presidente del Concejo), Christian Munir Garcés Aljure (director de Planeación de la Gobernación), José Fernando Gil Moscoso (concejal con aspiraciones a la Alcaldía) , Fabiola Perdomo Estrada (con aspiraciones futuras), Fernando Alberto Tamayo Ovalle (vicepresidente del Concejo), Carlos A. Urresty Benavides (ex presidente del Concejo) y Clementina Vélez Gálvez (actual concejal).La audiencia pública será presidida por el procurador Alejandro Ordóñez y los investigados podrán su versión libre y exponer sus argumentos exculpatorios. Asimismo, se ordenará la práctica de pruebas que soliciten los implicados o sus defensores, si estas son conducentes y pertinentes, de lo contrario, pasará lo mismo con Abadía (se las negarán).En un mes podría estar resuelto este caso, que involucra hoy por hoy a dos de los actuales miembros de la mesa directiva del Concejo. Como dijo Julio César al cruzar el río Rubicón con sus legiones ‘Alea iacta est’ (la suerte está echada). Los que pasaron por encima de los conceptos jurídicos y fueron traicionados por sus ambiciones personales, allí están las consecuencias. A los que se dejaron convencer o como borregos fueron al matadero, cómo les debe estar pesando su craso error...