Coyote: perro salvaje que abunda en los pastizales y matorrales del norte de México, donde al igual que en otras partes del mundo, es considerado como una plaga, por su condición depredadora. Coyote: especie de sabueso humano, que tras recibir importantes sumas de dinero promete pasar a los migrantes en la frontera de Estados Unidos, o salir por el Darién a Centroamérica. Se les conoce también como polleros, y aunque muchos se presentan como facilitadores de oportunidades, haciendo valer su experticia en escabullir la patrulla fronteriza y los trámites formales, son, al final, señalados como traficantes de migrantes.
Tras una semana compleja, fruto de la crisis suscitada el domingo pasado entre el gobierno colombiano y el estadounidense, por el envío de migrantes deportados esposados a nuestro país, con secuelas que ya se ven para los viajeros con visa vigente en los aeropuertos del país de Trump, hemos visto que los coyotes son muchos más que los tradicionalmente conocidos en la RAE y en el argot popular. Aquí van algunos:
Coyote: periodista que entrevista a los colombianos que fueron deportados de Estados Unidos, como si estuviese hablando con un criminal. ¿y si usted era ingeniero para qué se fue ilegal?, ¿y ahora qué se va a poner a hacer, si le dio toda la plata que tenía al coyote?, ¿pensó antes que esto le podría salir tan mal? y al cerrar la entrevista, viene la andanada de argumentos facilistas politizados, sin el más mínimo asomo de comprensión por lo que significa para una persona vivir una situación como la planteada.
Coyote: opinador/a en redes sociales que desde su comodidad usa como arma letal de señalamiento su teléfono celular o teclado de laptop para estigmatizar, con palabras llenas de odio, a la comunidad migrante indocumentada que ahora se encuentra atrincherada en su vivienda, frente al temor de ser capturada. Ya vimos a una doña que echaron de su trabajo por xenófoba y otros casos más de influencers venirse al piso en seguidores por sus manifiestos ausentes de conmiseración.
Coyote: gobernantes y líderes políticos, incontinentes verbales, incapaces de comprender que sus palabras pueden ocasionar una crisis que afecta a millones y que por más que crean que les abriga la razón, el palo no está pa’ cuchara y menos cuando no se tiene la sartén por el mango, frente a un líder con el que a todas luces tenemos las de perder.
Coyote: colombiano que come colombiano, y viviendo en Estados Unidos, se va lanza en ristre contra el que hace parte de los once millones de latinos indocumentados, desprovisto de cualquier sentimiento de solidaridad.
Coyote: empresa que renuncia a sus políticas de diversidad, equidad e inclusión, que favorecían la contratación de grupos marginados, desandando un camino contra la discriminación, por temor a que el gobierno los saque del llavero. (en consecuencia, hemos visto almacenes solos porque los latinos, que consumen y bastante, dejaron de visitarlos).
No se trata de exculpar a quienes siendo migrantes están en la delincuencia, pero esa minoría no puede llevarnos a pensar que toda persona migrante es un delincuente. Tampoco vamos a aplaudir la etiqueta de ‘invasión’ que ahora se les ha impuesto, pero sí debemos tener prudencia frente a lo que se dice, pensando más en el ego y el aplauso, que en las consecuencias de millones de familias que quedan en el medio.
Se avizoran tiempos muy complejos, y quizás veamos más especies de coyotes surgir, en medio de un mundo polarizado, tan ausente de ponerse en los zapatos de los demás, para comprender las razones por las que tantas personas que tuvieron que irse de su país. Hoy, más que nunca, es necesario que el privilegio no nos nuble la empatía y que entendamos la dimensión de nuestras palabras y acciones, frente a una situación que amerita todo el sentido de humanidad. @pagope