Asumo la responsabilidad de dirigir El País con plena conciencia del momento que atraviesa el suroccidente colombiano y de los profundos desafíos que implica hoy dirigir un medio de comunicación independiente, riguroso y financieramente sostenible.

Esta región, vital para el desarrollo de la Nación, enfrenta retos estructurales: inequidad persistente, crisis de gobernabilidad, inseguridad y una ciudadanía que exige ser escuchada con respeto. Ante este panorama, el periodismo no puede ser espectador. Debe actuar con principios claros, responsabilidad y sentido de propósito.

Para marcar el inicio de esta nueva etapa, comparto los principios editoriales que guiarán nuestro trabajo:

Verdad sin adornos

No cubriremos los hechos para agradar al poder ni para responder a intereses particulares. Nuestro único compromiso es con la verdad verificable y el interés público.

Cobertura con enfoque regional y visión nacional

Amplificaremos las voces del Pacífico, del Suroccidente y del Valle del Cauca, no solo en momentos de crisis, sino de forma constante, rigurosa y con plena conciencia de su contexto dentro del país.

Apoyo al diálogo democrático

Creemos en la fuerza de las ideas, la justicia institucional y el diálogo democrático. Como escribió mi bisabuelo, el poeta y periodista Héctor Incháustegui Cabral, en su Canto Nueve: “no hay inocentes en el camino que abre la muerte”. La violencia no puede ni debe ser el camino.

Transparencia y rendición de cuentas

Fiscalizaremos el poder político, económico y social con independencia. No importa el cargo, la empresa o el partido: el deber de rendir cuentas es universal.

Respeto por las comunidades

Nuestra cobertura será contextualizada, sin prejuicios ni estigmatización. No retrataremos a las comunidades como víctimas pasivas, sino como protagonistas con dignidad y propuestas.

Periodismo útil

Queremos que El País sirva a sus lectores para tomar mejores decisiones, entender su entorno y participar de forma informada en la vida democrática.

Uso consciente de la tecnología

Abrazamos la tecnología como herramienta poderosa para mejorar el acceso a la información, ampliar nuestras audiencias, fortalecer el periodismo de calidad y hacer nuestras operaciones más eficientes y sostenibles. Pero lo haremos con sentido crítico, asegurando que nunca reemplace la rigurosidad, la ética y el criterio humano que deben guiar nuestra labor.

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Mi bisabuelo fue también director de La Opinión y editorialista en Listín Diario y La Nación. Creía en el periodismo como un deber ciudadano. Ese mismo compromiso es el que asumo hoy desde Cali, con la convicción de que los medios deben ayudar a construir ciudadanía, no a desinformar ni polarizar.

En tiempos difíciles, las instituciones que resisten con principios se convierten en faros. El País quiere ser uno de ellos.