Recientemente, tuve la oportunidad de vivir en carne propia la gran experiencia de los médicos caleños, su compromiso y excelente entrenamiento. Una persona muy allegada tuvo que ser operada de urgencia por unas isquemias cerebrales causadas por el bloqueo de un 95% por ciento de la arteria carótida. Un grupo de cuatro neurocirujanos liderados por el doctor Gustavo Vásquez y cuatro anestesiólogos estuvieron presentes en la operación en que se debería cortar la parte mala de la carótida en menos de 20 minutos y luego a unir las dos partes buenas en una operación que solo el oír de ella causa la más profunda consternación. Las manos milagrosas de los médicos lograron que el paciente en menos de una semana recuperara la mayor parte de sus facultades.
Mi amiga Lolita de 93 años, después de una caída y una fractura del fémur está otra vez caminando y lista para continuar siendo la masajista de cabecera de muchas mujeres caleñas que añoran su presencia. Otra persona cercana también cuenta su experiencia. El Dr. Alberto José Negrete le colocó un aparatico que lo llaman un ‘resincronizador’ y que sirve para hacer que los ventrículos se contraigan al mismo tiempo, ayudando a que las cámaras inferiores del corazón bombeen y se relajen juntas. Este procedimiento le salvó la vida cuando en España les habían dicho a sus familiares que su enfermedad era mortal. Su mayor preocupación era que ella a los 86 años tenía una vida sexual activa, y gracias a Dios y al doctor Negrete no perdió esta facultad vital para ella.
Tenemos excelentes hospitales, pero vemos con tristeza que nuestro centro médico bandera ha ido perdiendo calidad con la venta a los inversionistas españoles que seguro no ejercen la vigilancia necesaria. Si bien la unidad de cuidados intensivos sigue teniendo el más alto profesionalismo, la parte hospitalaria sufre de personal mal entrenado, instalaciones que se han deteriorado y que no han sido reparadas, ropa de cama rota y en fin otros pequeños detalles que seguro entristecen a aquellos médicos visionarios que fundaron el mejor hospital de Latinoamérica.
Otro lunar de la salud son los cursos de enfermería, carreras que duran 9 semestres y de no poco costo. Muchos de los alumnos han adquirido experiencia trabajando para pagar sus estudios, pero la parte académica es fatal. Es triste ver como materias obligatorias como el inglés son enseñadas en una forma precaria. Alumnos de nivel avanzado, que no conocen el verbo ‘to be’ y, sin embargo, por el sistema de elección múltiple logran pasar la materia como un requisito para graduarse.
No puedo terminar sin mencionar los trancones del sur de Cali donde se han ubicado muchos centros de salud. Que odisea conducir por la calle quinta, allí han colocado un semáforo para que compita con el puente peatonal. Los rebuscadores que dirigen el tráfico y solo dejan pasar a los que pagan y esa cantidad inverosímil de vehículos transitando por vías cada día más insuficientes.
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