Llegó diciembre y llegaron los contratos. Desde la Alcaldía ya se hacen los anuncios de los contratos de fin de año. Empezaron con el alumbrado. Ospina nos promete el mejor alumbrado en la historia de Cali. Ojalá sea así y no corresponda a una más de sus ya consabidas estrategias de comunicación que lo único que buscan es generar distracciones para ocultar todos los procesos oscuros que se dan bajo su supervisión.
Hace ya casi un año me ilusioné con el anuncio por parte del Alcalde de, según él, la contratación más grande en la historia de la ciudad para la recuperación de la malla asfáltica por 90 mil millones de pesos. Hoy las calles siguen igual o peor que hace un año. Sabemos que el contrato fue adjudicado, pero se desconoce cuáles son los barrios priorizados o el cronograma de las vías intervenidas. Solo sabemos que la adjudicación fue millonaria y las obras no se ven. Es decir, la plata se la robaron una vez más.
Debemos estar vigilantes porque ya conocemos cómo actúa esta administración en tiempos decembrinos. Recordarán cómo hace dos años se inventaron una feria virtual. Adjudicaron contratos leoninos a través de Corfecali generando la indignación en todos los ciudadanos.
Renunció el gerente y a su vez la junta directiva y el Alcalde se declararon sorprendidos. Supuestamente abusados en su buena fe todos estaban indignados. Dos años después no pasó nada con los entes de control. Este mismo sistema de operación lo usaron hace unos meses en Emcali y aunque en este caso la indignación fue nacional, en contra de todos los esfuerzos, el contrato se ejecutará.
Entiendo que en esta época de Mundial y cuando se está terminando el año tratamos de olvidarnos de los problemas y ser optimistas. Sin embargo, no podemos caer en el error de olvidar quiénes son los responsables de estos tres años de desgobierno en nuestra ciudad. Ya están saliendo innumerables nombres de quienes pretenden dirigir Cali en los próximos cuatro años. Muchos de ellos han hecho parte de la administración Ospina directa o indirectamente, o son apoyados por los mismos que apoyaron en su momento a Ospina. Ojo con los mismos de siempre.
Cali es una ciudad linda, próspera y pujante. Cali es mucho más que las ruinas que Ospina entrega. En nuestras manos está reconstruir nuestra ciudad y ponerla en el nivel que verdaderamente le corresponde. Por eso desde ya debemos rodear a personas que tengan las capacidades técnicas y los valores morales para liderarla.
Los caleños no podemos seguir creyéndonos los discursos mesiánicos de unos líderes de barro que lo único que hacen bien es conquistar con palabras al elector, vender falsas realidades de ciudad, sembrar odio y división. Como sociedad nos debemos sobreponer a estos comportamientos. Demostrar que somos más los caleños que verdaderamente amamos nuestra ciudad y a todos los que vivimos en ella. Que somos capaces de construir una Cali donde todos cabemos.
Involucrémonos desde ya. Sin tapujos y sin vergüenza por hacer sentir nuestros sentimientos y pensamientos. Apoyemos activamente las iniciativas encaminadas a elegir personas alejadas de estas prácticas que hoy nos tienen viviendo en una ciudad que trata de ser optimista, pero se enfrenta a una realidad de violencia y desolación que no la deja levantar cabeza. No dejemos que nos sigan engañando con falsas promesas y que continúen saqueando a Cali, porque ya se ve diciembre con su feria de contratos.