Estados Unidos confirmó la destrucción de una embarcación que, según sus autoridades, transportaba drogas ilícitas en aguas del océano Pacífico, como parte de la Operación Lanza del Sur, estrategia militar que la Administración de Donald Trump ejecuta en el Caribe y el Pacífico cerca de Venezuela y Colombia.

Estados Unidos ha intensificado sus acciones militares contra el narcotráfico en el Caribe y el Pacífico. | Foto: Captura de pantalla

En la acción murieron tres hombres, a quienes Washington calificó como “narcoterroristas”, aunque no reveló su nacionalidad ni detalles adicionales sobre la procedencia del cargamento incautado.

Con este caso, ya son más de 70 los individuos muertos en operaciones similares desde el inicio de la ofensiva antidrogas, una campaña que ha generado cuestionamientos de organizaciones de derechos humanos por el uso de fuerza letal en escenarios marítimos sin supervisión internacional.

Con este ataque suman al menos nueve operaciones letales en alta mar por parte de EE. UU. desde septiembre, de las cuales las primeras tuvieron lugar en el Caribe y ahora el foco se ha desplazado hacia el Pacífico.

Las autoridades estadounidenses aseguran que los operativos se mantendrán mientras continúe la amenaza del narcotráfico en la región. Se espera un pronunciamiento ampliado del Departamento de Defensa.

Esta estrategia ha sido recibida con alarma por parte de organismos de derechos humanos, que advierten sobre el riesgo de falta de supervisión internacional y estándares mínimos de rendición de cuentas cuando se desarrollan operaciones letales en aguas internacionales, sin tribunal ni garantía judicial.

Aunque Washington insiste en que los fallecidos estaban vinculados a estructuras terroristas y narcotraficantes, el secretismo en torno a sus identidades y al destino final del cargamento genera vacíos de información que dificultan la transparencia.

Cada ataque a una embarcación genera grandes perdidas. | Foto: X/@SecWar

Este intensificado despliegue genera tensiones diplomáticas. El régimen de Venezuela ha calificado en múltiples ocasiones la presencia estadounidense como una “amenaza explícita” contra su soberanía, especialmente tras ejercicios conjuntos recientes entre EE. UU. y aliados regionales cerca de su costa

Ante estos ataques, la Organización de las Naciones Unidas ha advertido que no existe justificación legal para este tipo de ataques en aguas internacionales y de acuerdo a sus reportes, ninguna de las personas que viajaban en las embarcaciones atacadas representaba una amenaza inminente.

Mientras tanto, EE. UU. continúa movilizando buques de guerra, aviones F-35 y el portaaviones USS Gerald R. Ford hacia la región, lo que ha encendido alarmas diplomáticas y críticas por posibles violaciones al derecho internacional.

Con este nuevo ataque, refuerzan su apuesta militar para confrontar el tráfico de drogas desde, para ellos, su origen marítimo.