Corea del Norte y Estados Unidos retomarán este viernes su diálogo sobre desnuclearización con varias reuniones rodeadas de incógnitas, después de ocho meses de suspensión y un verano tenso marcado por pruebas armamentísticas de Pionyang.

El régimen norcoreano anunció este martes la esperada vuelta a la mesa de negociación en un breve comunicado difundido a través de su agencia estatal de noticias, KCNA, en el que asegura que sus delegados "están listos" para las negociaciones bilaterales.

Corea del Norte y EE.UU. "han acordado mantener un contacto preliminar el 4 de octubre y mantener negociaciones a nivel de trabajo el 5 de octubre", reza el texto firmado por la primera viceministra norcoreana de Asuntos Exteriores, Choe Son-hui.

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"Espero que las negociaciones a nivel de trabajo aceleren el desarrollo positivo de las relaciones entre la RPDC (República Popular Democrática de Corea, nombre oficial de Corea del Norte) y EE.UU.", añadió la viceministra, que no precisó el lugar donde se celebrarán estos contactos o si ambos serán o no presenciales.

En un comunicado publicado poco después del anuncio de este martes, el Gobierno surcoreano dio la bienvenida al inminente encuentro y dijo que espera "que se adopten negociaciones prácticas pronto en el proceso de la completa desnuclearización y la construcción de una paz duradera en la península de Corea".

Pionyang mostró recientemente su intención de reanudar el diálogo con Washington tras un período de tensión marcado por sus lanzamientos de proyectiles en protesta por unas maniobras militares conjuntas de los ejércitos de Estados Unidos y Corea del Sur, a las que el Norte considera un simulacro de invasión.

En ese momento, el propio presidente estadounidense, Donald Trump, restó importancia a las pruebas y aseguró que no violaban los acuerdos que alcanzó con el líder norcoreano, Kim Jong-un, en la primera cumbre que mantuvieron en Singapur en junio de 2018. La semana pasada incluso especuló con un nueva reunión para este año.

Ese encuentro supondría el cuarto entre los dos líderes, que ya se vieron en Hanói el pasado febrero en una tensa velada que terminó abruptamente y sin acuerdo, y que supuso el detonante del estancamiento de las negociaciones sobre la desnuclearización del régimen a la que ambos accedieron, aparentemente por sus diferencias a la hora de proceder con el mismo.

Trump y Kim volvieron a encontrarse en la frontera intercoreana en junio en una reunión informal en la que se mostraron de acuerdo en desbloquear el diálogo y reiniciar las reuniones de trabajo, algo que finalmente está previsto que suceda a finales de esta semana.

Los aparentes gestos conciliados de Washington hacia Pionyang y la marcha del asesor de seguridad nacional estadounidense John Bolton, que siempre mantuvo una postura muy escéptica hacia el proceso con el país asiático, han generado expectativas de que las negociaciones se salden próximamente con nuevos compromisos.

Queda por ver si ambas partes alcanzan progresos sustanciales en la mesa de negociación, dado que la postura de ambos países en torno al alcance de la desnuclearización, la hoja de ruta concreta y las posibles compensaciones a cambio se antoja todavía distante.

Este mismo lunes, Bolton alertó durante una charla en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) en Washington, su primera intervención pública tras su expulsión de la Casa Blanca, de que Corea del Norte no ha tomado "la decisión estratégica de abandonar las armas nucleares".

El exasesor de seguridad aseguró que bajo las circunstancias actuales, Pionyang no abandonará las armas "voluntariamente" y que la prioridad del líder norcoreano es que se alivien las sanciones económicas internacionales impuestas a su país precisamente por sus pruebas atómicas y de misiles balísticos.