Lo que comenzó como un paseo turístico frente a la majestuosa catedral de Colonia en Alemania, terminó convirtiéndose en un fenómeno viral que hoy recorre las redes sociales y ha abierto diferentes debates sobre la identidad, el ahorro y los límites de la etiqueta en el extranjero.

Pues en una grabación, de pocos segundos, pero de gran impacto, se observa a una familia colombiana caminando entre visitantes y locales frente al icónico templo gótico.

Aunque los primeros segundos transcurren con normalidad, de pronto, una de sus integrantes se sienta, coloca sobre sus piernas una olla metálica y, con toda naturalidad, empieza a servirse arroz chino. A su lado, una cuchara de madera y un recipiente plástico completan la escena, la cual rompe con la solemnidad del lugar y “contrasta” con la monumental arquitectura que la rodea.

Dicho gesto, sencillo y cotidiano, ha sido interpretado de múltiples maneras. Pues para algunos usuarios, la escena refleja la creatividad y la calidez de los colombianos, capaces de mantener sus costumbres incluso en entornos completamente distintos.

Mientras que para otros, en cambio, lo ven como una muestra de falta de tacto ante un sitio religioso de enorme valor simbólico y patrimonial.

El video difundido a través de Tiktok, ha superado los 28.000 “me gusta” y ha sido replicado en varias plataformas. Como si fuera poco, gran parte de su atractivo radica en la música que acompaña la escena, ya que, la grabación inicia con A Man Without Love, de Engelbert Humperdinck, canción asociada a la serie El caballero de la luna, sin embargo, de pronto irrumpe el clásico tropical Loquito por ti, del cantante colombiano Pastor López.

Ese cambio repentino de melodía refuerza el contraste entre la sobriedad inicial y la energía festiva que caracteriza a buena parte de la cultura latina.

Tal como se mencionó anteriormente, el debate no se ha limitado al aspecto cultural, pues en los comentarios abundan las preguntas sobre cómo lograron los protagonistas instalarse con una olla tan cerca del monumento, teniendo en cuenta que la administración del templo restringe el ingreso de mochilas y objetos voluminosos.

Y es que, aunque el reglamento del sitio prohíbe consumir alimentos dentro de la catedral, las normas alemanas no sancionan el hecho de comer en espacios públicos, siempre que se mantenga la limpieza y el respeto por el entorno.

El arroz chino es un plato de arroz frito hecho con arroz cocido del día anterior salteado a fuego alto en un wok con verduras y alguna proteína como pollo, cerdo o camarones. Es una versión del arroz frito chino que se adaptó en América y se conoce también como arroz chaufa, chow fan o chaufán, y puede incluir ingredientes locales. | Foto: Pixabay

El video también ha despertado intriga y reflexión sobre la economía del viajero. Para muchos turistas latinoamericanos, especialmente aquellos que visitan Europa sin visa por un máximo de noventa días, la alimentación representa uno de los mayores gastos. En ese contexto, llevar comida propia es una estrategia común para equilibrar el presupuesto sin sacrificar la experiencia del viaje.

Entre la crítica y la simpatía, el video de la familia colombiana frente a la catedral de Colonia se consolida como un recordatorio de que la identidad y las raíces, tales como el arroz chino que servían, se lleva a todas partes con orgullo y con el fin de visibilizar las diferentes culturas.