En un movimiento que refuerza su estrategia de influencia en América Latina y el Caribe, China anunció este martes un paquete de créditos por casi US$8.500 millones (35,6 billones de pesos colombianos) y cinco programas de cooperación con los países miembros de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
El anuncio fue hecho por el presidente Xi Jinping durante la Cuarta Reunión Ministerial del Foro China-Celac, celebrada en Beijing, donde pidió a los países de la región “rechazar las injerencias externas y promover la autonomía regional”.
La declaración no pasó inadvertida en un contexto de creciente tensión comercial con Estados Unidos. “En una guerra de aranceles no hay ganadores”, advirtió Xi, aludiendo al nuevo arancel del 10 % que la administración Trump impuso recientemente a la mayoría de las importaciones estadounidenses, incluyendo las provenientes de Colombia.
Con este nuevo paquete, China no solo busca estrechar los lazos económicos, sino también tejer una alianza más amplia que combine inversión en infraestructura, energía, inteligencia artificial, telecomunicaciones, intercambios culturales, becas y cooperación en seguridad. Todo esto bajo el paraguas de la Iniciativa de la Franja y la Ruta —conocida como la Nueva Ruta de la Seda— que ya ha permitido financiar más de 200 proyectos en la región.
En esa dirección, el presidente Xi Jinping presentó cinco programas estratégicos que marcan una hoja de ruta de largo plazo: Solidaridad política, para reforzar los vínculos multilaterales y construir un bloque más cohesionado y autónomo frente a Occidente; Desarrollo e infraestructura, con inversiones en sectores clave como minería, energía, IA y economía digital; Civilización compartida, que promueve el intercambio cultural como herramienta de unidad regional; Paz regional, centrado en cooperación policial, formación en seguridad y apoyo a zonas libres de armas nucleares; y Conectividad pueblo a pueblo, que amplía el acceso a becas, visados, intercambios docentes y formación técnica y profesional.
El aterrizaje chino en Colombia
El anuncio coincide con una mayor apertura del Gobierno colombiano hacia el gigante asiático. Durante el foro, los ministros de Agricultura, Ciencia y Minas presentaron proyectos estratégicos que podrían recibir respaldo chino.
La ministra Martha Carvajalino apostó por diversificar la oferta exportadora, especialmente en alimentos, y avanzar en la admisibilidad de productos colombianos. “Trabajamos con el gobierno chino en la idea de facilitar nuestras propuestas de admisibilidad para que nuestros productos entren con menos demora”, afirmó.
En paralelo, el ministro de Minas, Edwin Palma, promocionó el programa Colombia Solar, que busca instalar paneles solares en pequeñas y medianas empresas de estratos 1, 2 y 3, con una cofinanciación de hasta el 60 % del costo.
Desde el Ministerio de Ciencia, la ministra Yesenia Olaya presentó una hoja de ruta para la cooperación en inteligencia artificial, tecnologías cuánticas y centros de innovación. “Esta articulación con China representa una gran oportunidad para avanzar hacia la soberanía tecnológica”, dijo.
En el caso de Colombia, el comercio con China presenta un fuerte desequilibrio: en 2024, el país exportó productos por US$2.300 millones, pero importó por más de US$16.000 millones. La balanza muestra un déficit de US$13.700 millones. El reto es aprovechar los nuevos canales de cooperación para reducir esa brecha y no ampliarla.
En su discurso, Xi también recurrió a la diplomacia simbólica. Citó un proverbio chino —“la mayor alegría de la vida reside en encontrar espíritus afines”— para reforzar la narrativa de una “una larga historia de intercambios amistosos” con América Latina.