Periodistas, soldados y diplomáticos soviéticos tenían como misión garantizar la integridad del Muro, pero en su fuero interno les corroía la curiosidad. Durante décadas el miedo pudo con la curiosidad, pero, en cuanto tuvieron la menor ocasión, lo cruzaron. A los militares soviéticos no les dejaban acercarse a Berlín por miedo a que desertaran. Es por ello que Vadim Nashatiriov, que sirvió en Alemania Oriental y ahora trabaja en una compañía de aviación civil, no pudo ver por sus propios ojos el muro hasta diciembre. "Ese deseo me persiguió toda mi vida".