En abril de 2025, dos adolescentes de 15 años perdieron la vida luego de ser envenenadas con unas frambuesas que habrían recibido en un apartamento en el que se encontraban reunidas en el sector de Rosales, en el norte de Bogotá. Otra menor también resultó afectada y, según se conoce, este episodio dejó graves secuelas en su salud.
Tras los hechos, ocurridos entre el 5 y el 9 de abril, el dictamen forense de Medicina Legal reveló que las menores fueron envenenadas con Talio, un peligroso metal tóxico que fue hallado en el cuerpo de las víctimas y en las frambuesas que consumieron. Aunque el informe concluyó que presuntamente se trató de un homicidio, durante meses, no se conocieron avances del caso.
Hasta este jueves 4 de diciembre, cuando salió a la luz que la responsable del envenenamiento sería una mujer identificada como Zulma Guzmán, quien es señalada de envenenar las frambuesas y enviarlas al apartamento donde las menores se reunieron después de su jornada escolar.
Según las versión revelada por Noticias Caracol, las frambuesas fueron enviadas al lugar a través de una empresa de mensajería, indicando que se trataba de un supuesto regalo, sin embargo, se trató de un engaño.
Asimismo, se confirmó que la fiscal del caso acudió ante un juez penal de control de garantías de Bogotá para obtener una orden de captura en contra de la indiciada. Debido a sus constantes movimientos, la Interpol emitió una circular roja con el fin de lograr su ubicación y captura para que responda por este delito ante la justicia colombiana.
Los rastreos señalan que, al enterarse de la muerte de las menores, la mujer huyó de Colombia con destino a Argentina. Y, al parecer, desde entonces se ha desplazado por otros países como Brasil, España y Reino Unido.
Entre otros detalles, trascendió que Zulma Guzmán Castro sería cercana a Juan de Bedout, el papá de dos de los menores que resultaron afectados por el consumo de las frambuesas.
¿Qué se sabe de esta sustancia?
La Agencia para Sustancias Tóxicas de los Estados Unidos dio a conocer que este tipo de elementos es altamente peligroso, considerando que es empleado en la fabricación de dispositivos electrónicos, además de pesticidas como veneno para roedores.
Cabe resaltar que este producto habría sido prohibido en su utilización en pesticidas por los potenciales daños que puede generar hacia los seres humanos por su alto nivel de toxicidad. Su ausencia de olor y sabor se convierten en un arma peligrosa y silenciosa, difícil de detectar a tiempo.