El generar Henry Yesid Bello es, desde hace dos semanas, el nuevo comandante de la Policía Metropolitana de Cali. Sabe que tiene grandes retos y que llegó a una de las ciudades más complejas en materia de seguridad de país.
Es nacido en el departamento de Santander y abogado de profesión. El alto oficial cuenta con 32 años de trayectoria institucional. Habló con El País y contó cómo encontró la ciudad.
¿Cómo recibió la noticia de que debía trasladarse de la dirección de la Policía Metropolitana de Bucaramanga a Cali?
Es la disposición de nuestro director general, Carlos Fernando Triana, quien decidió ese traslado, para venir a continuar un trabajo importante con todos los ciudadanos de este departamento, con las entidades territoriales, los alcaldes y la Gobernadora, para trabajar de manera mancomunada en un enfoque preventivo y contener las conductas delictivas en el departamento.
¿Qué ha podido conversar con el general Carlos Oviedo, quien deja la comandancia de la Policía de Cali? ¿Cuáles fueron sus recomendaciones?
Hay que trabajar en cuatro delitos priorizados, que son las afectaciones a la vida y a la integridad de las personas. Además, tenemos casos de extorsión donde debemos trabajar, para combatir a estas columnas móviles, compañías y disidencias de las Farc y el ELN.
Hay que trabajar muy fuerte en las conductas delictivas de violencia intrafamiliar y en el hurto calificado en sus diferentes modalidades, que es lo que más afecta a los ciudadanos.
¿Cómo fue el primer encuentro con Alejandro Eder, alcalde de Cali, qué le solicitó?
Que sigamos sosteniendo esa estrategia tan importante en la ciudad, que trabajemos de manera conjunta para contener y reducir las conductas delictivas de la mano con la Fiscalía, los jueces de la República, la Alcaldía, la Policía Nacional y lo más importante: los ciudadanos, que de manera permanente nos brindan información en el Centro Automático de Despacho y en la línea 123.
¿Por qué su primera reunión fue con el Alcalde, pero también con el Secretario de Movilidad?
Porque se ha vuelto el conductismo que el ciudadano irrespete la norma, que no utilice los elementos de protección; se ha vuelto común que el ciudadano conduzca bajo los efectos de bebidas embriagantes. Hay que respetar y acatar las normas de tránsito.
Tenemos que, entre todos, hacer un frente común, cerrar las brechas y evitar que tengamos siniestros viales con lesionados y muertos. Por eso debemos hacer un trabajo entre la Secretaría de Movilidad y la Policía Nacional, para aplicar el Código Nacional de Tránsito y evitar que tengamos accidentes.
¿Qué pudo conversar con el Secretario de Movilidad?
Él nos pidió acompañamiento para hacer un trabajo de dualidad, es decir, que nosotros estemos acompañando y hagamos un trabajo conjunto en anticipación y prevención de violencia. También le solicitó a la Directora Seccional de Fiscalías que avanzáramos en las investigaciones que hay por ataque a servidor público, por lesiones personales y por daños en bienes de uso público y daños en bienes del Estado.
¿Cuál fue la respuesta suya para ese pedido de acompañamiento? ¿Hay hombres suficientes para brindarlo?
Total respaldo para el doctor Gustavo Orozco, total respaldo a todos los ciudadanos que utilizan el transporte público, como lo es el MÍO y los demás transportes que están establecidos en la ciudad.
Precisamente se firmó un convenio interadministrativo Policía Nacional y Alcaldía de Santiago de Cali, que nos va a permitir avanzar en esos compromisos.
Vamos a trabajar fuerte contra el transporte informal, que infortunadamente comete conductas delictivas. Si acatamos el Código Nacional de Tránsito, la ciudad va a ganar en movilidad, en respeto y aquí todos debemos ser responsables.
¿Qué pueden esperar los caleños de usted como comandante de la Policía Metropolitana de Cali?
Tenemos retos y entre ellos hay que reducir y contener homicidios. Por eso invito a los ciudadanos a respetar las normas y ninguno puede estar armado.
Vamos a trabajar fuerte en el plan desarme y en priorizar las requisas y puestos de control, porque no podemos permitir que se cometa un homicidio y que no pase nada. Tenemos que trabajar fuerte en investigación criminal, de manera conjunta con nuestra Fiscalía. Cali es una ciudad pujante.
¿Por qué decidió ser policía?
Soy de un municipio que se llama Guavatá, en Santander. Es una provincia donde todos somos campesinos y nuestros padres se dedican al cultivo de la guayaba.
Desde muy niño observaba lo que hacían los policías en mi pueblo. Me gustaba lo que hacían los sargentos prestando apoyo en las escuelas y los colegios. También pintaban la iglesia y se dedicaban al ornato para que nuestras calles estuvieran bonitas y acompañaban a la Junta de Acción Comunal.
En ese momento nace mi vocación de ingresar a la institución. Averiguo, me traslado a la capital de la República y empiezo mi carrera.
Inicio en el departamento de Santander, posteriormente enfrenté un reto en el Departamento de Policía de Arauca, luego fui al Cesar, pasé por Atlántico, Bogotá, Medellín, Boyacá y ahora nuevamente estuve en Santander.
¿Cuál ha sido su momento más complejo como uniformado?
Es triste cuando a nosotros, que somos parte de una sociedad, los ciudadanos nos atacan.
Ocurrió el fin de semana en La Vega, Cauca, donde colocaron artefactos explosivos improvisados para atacar a nuestras patrullas, que estaban haciendo el trabajo de prevención.
Esa es una preocupación grande, porque nosotros venimos de esta sociedad, somos de esta sociedad. Entonces, esto no se puede permitir, porque entre todos debemos cuidar esta institución policial.