La pregunta que resuena en muchos espacios laborales y académicos encuentra en Karen Plazas una respuesta matizada. Como CEO de Almia y profesora universitaria en temas de empleabilidad, ha visto de cerca cómo la tecnología está transformando tareas, perfiles y expectativas. Sostiene una idea que, aunque incómoda para algunos, resulta esencial para comprender el momento actual y es que la IA viene a automatizar tareas, no profesiones, y esa distinción es determinante para adaptarse a las nuevas dinámicas.

“Es como cuando llegaron los computadores”, recuerda. Algunos roles cambiaron sustancialmente, otros desaparecieron y otros se fortalecieron. Ese proceso —lento pero irreversible— vuelve a repetirse hoy con la IA. Pero lejos de plantearlo como una amenaza, Plazas lo interpreta como una oportunidad para que los profesionales fortalezcan su pensamiento crítico, redefinan su aporte y adquieran habilidades que la tecnología no puede suplir.

La automatización no extingue roles, los redefine

Para Plazas, el miedo a la pérdida masiva de empleos parte de una lectura incompleta. La automatización no elimina oficios enteros; elimina labores repetitivas que antes consumían tiempo y energía. Procesos de captura de datos, clasificación de información y producción de documentos básicos se pueden resolver hoy en minutos gracias a herramientas accesibles y fáciles de implementar.

Equipo humano de Almia, el núcleo detrás del acompañamiento personalizado que impulsa la empleabilidad con apoyo de inteligencia artificial. | Foto: El País

Menciona plataformas como Make, n8n y Zapier, que permiten automatizar flujos y organizar tareas sin ser programador. Estas herramientas, usadas cada vez más por empresas de distintos tamaños, reducen la carga operativa y permiten que los equipos se concentren en labores de mayor valor.

La consecuencia es que los perfiles profesionales están cambiando, puesto que ahora se requiere más pensamiento analítico, capacidad para interpretar contexto, habilidades de comunicación y criterio para revisar lo que la IA produce. “Lo que sí vale es tu análisis, tu visión de futuro, tu capacidad de interpretar lo que pasa”, asegura Plazas.

El error de confiar en la IA sin criterio

En su trabajo como mentora y docente, Karen Plazas considera que la dependencia de la IA sin aplicar pensamiento crítico es un comportamiento riesgoso, especialmente cuando los estudiantes y profesionales entregan informes y documentos generados por modelos sin revisarlos ni personalizarlos. “El mayor riesgo es que no lean lo que la IA entrega”, advierte.

Esa práctica no solo disminuye la calidad del trabajo, sino que afecta la capacidad argumentativa en procesos de selección. Para Plazas, el verdadero uso profesional de la IA no consiste en recibir respuestas, sino en procesarlas, es decir, analizarlas, corregirlas, adaptarlas y convertirlas en productos propios y competitivos.

Para Almia, la clave del futuro laboral no es depender de la IA, sino aprender a interpretarla, ajustarla y supervisarla con criterio y contexto. | Foto: Getty Images

Otra confusión común es creer que chatear con algún proveedor de IA (ChatGPT, Gemini, Claude) equivale a dominar la IA como una habilidad. Según la CEO, el dominio real implica saber generar prompts efectivos, automatizar tareas sencillas, crear flujos y utilizar la tecnología con intencionalidad. La diferencia entre usar y entender la IA se evidencia en un proceso de selección, por ejemplo, cuando los reclutadores piden ejemplos concretos y los candidatos no logran sustentarlos.

En el campo creativo, insiste en que la IA no sustituye la chispa humana. “La IA no es el director creativo; es quien estructura —afirma—. La idea original, la narrativa y el criterio siguen siendo atributos humanos”.

Cali, impulsada por la tecnología

Plazas cree que la capital del Valle del Cauca puede convertirse en un referente de adopción de IA si combina educación, política pública y participación empresarial. Explica que la tecnología es accesible, pero el reto es pedagógico, pues se debe formar a ciudadanos y profesionales capaces de usarla responsablemente.

“He visto colegios, universidades y empresas con interés, pero todavía falta hacerlo masivo”, comenta. Su visión incluye talleres, hackatones, proyectos para estudiantes y una regulación que acompañe el crecimiento tecnológico. También apunta a la modernización de procesos públicos, como trámites, revisión de normativas y gestión documental que, con IA, podrían agilizarse.

Si Cali logra que más del 50% de sus empresas utilicen IA, la ciudad va a volar”, asegura. Para ella, la combinación de formación, acceso y regulación puede convertir el avance tecnológico en desarrollo económico.

Almia, una reinvención de la empleabilidad con IA

Karen Plazas describe la labor de Almia como un puente entre las necesidades reales del mercado y las expectativas de quienes buscan empleo. La empresa ofrece desde crear/mejorar tu hoja de vida con IA, cazadores de ofertas de internet en Whatsapp hasta conferencias, cursos y mentorías personalizadas para guiarte en tu búsqueda de empleo o plan carrera. En la formación incluyen: preparación para entrevistas, definición de plan carrera, optimización de hojas de vida y perfiles de LinkedIn, retiro laboral con propósito, pasar de ser empleado a ser emprendedor. En Almia, la tecnología complementa el acompañamiento humano, no lo reemplaza.

El Plan Premium de Almia ofrece acompañamiento cercano por WhatsApp para optimizar el CV en tiempo real, combinando el criterio humano con herramientas de IA. | Foto: El País

Uno de los servicios más destacados es su creador de hojas de vida con IA, que organiza la información del usuario en un formato optimizado para sistemas de selección. Sin embargo, Plazas enfatiza que, aunque la herramienta ordena los datos, la historia profesional sigue siendo personal y debe elaborarse con autenticidad.

Con el Plan Premium de LinkedIn, Almia guía a los usuarios durante 48 horas para fortalecer su perfil profesional y alinearlo con su sector y rol objetivo. | Foto: El País

En su visión, la empleabilidad del futuro no dependerá de dominar todas las herramientas, sino de comprender cómo integrarlas, cómo revisar sus resultados y cómo mantener la esencia del trabajo humano en un entorno automatizado.

Las mentorías personalizadas de Almia se adaptan a cada etapa profesional, desde perfiles junior hasta altos ejecutivos que buscan destacar y avanzar en su carrera. | Foto: El País

Plazas repite tres ideas que considera esenciales para el futuro de la IA en el trabajo: la necesidad de una regulación clara, la importancia de una educación actualizada y la responsabilidad de las empresas de ofrecer roles más estratégicos y menos repetitivos.

Con la misma serenidad con la que inició, concluye que la IA multiplicará las posibilidades de quienes sepan combinar pensamiento crítico, capacidades técnicas básicas y sensibilidad humana. “El desafío no es evitarla, sino aprender a convivir con ella”, finaliza.

Si deseas acceder a un diagnóstico de empleabilidad con un mentor de Almia, escanea el siguiente código QR y empieza el nuevo año con una ruta clara de su carrera profesional y también con tu hoja de vida y LinkedIn actualizados.

Escanne el código QR y acceda a una asesoría gratuita de 30 minutos con un mentor de Almia para optimizar tu hoja de vida y tu ruta de empleabilidad. | Foto: El País