En ciertas ocasiones, los seres humanos suelen enamorarse de animales que consideran ser aptos para tener en sus casas, pero lo cierto es que no todos ellos pueden ser mascotas.

Los loros son usados como mascotas por miles de personas. | Foto: Secretaría de Ambiente en Bogotá

Frente a esto, un médico veterinario británico mencionó tres especies que no pueden vivir bajo el mismo techo de los seres humanos.

Ben, el médico veterinario, aseguró que no se trata de una lista de animales que le disgustan, sino que asegura que tenerlos en casa “expone a todos los peligros que implican, así como también a su lado gratificante”.

En primer lugar, señaló a los loros; sin abandonar la seriedad del caso, dijo: “Tener un loro significa no volver a tener nunca más una sartén antiadherente. No es broma, cuando se calienta, el revestimiento libera un gas que puede ser mortal para los loros”.

Así mismo, aseguró que estas aves pueden ser “mascotas muy gratificantes y que es genial que un animal pueda responderte”. Pero luego advirtió: “Creo que es extremadamente difícil proporcionar suficiente espacio y estimulación para una especie que normalmente tendría la libertad de volar y explorar una selva tropical”.

Es poco común encontrar estos animales como mascotas, pero este experto no lo recomienda. | Foto: Getty Images

Para terminar su argumento respecto de por qué los loros deberían vivir en su propio hábitat, Ben, el veterinario, reveló: “Cuando una de estas aves se aburre, se manifiesta en comportamientos destructivos, muy vocales y actitudes anormales”.

“El número dos para mí es el ratón”, aseguró y luego aclaró por qué evitaría tener un ratoncito como mascota: “Aunque pueden vivir más si se les cuida bien y tienen suerte, el ratón promedio solo vive uno o dos años.

La tercera mascota que enumeró puede sorprender a algunos: los conejos. “Al contrario de los que mucha gente supone, no son excelentes para los niños”. ¿Por qué? Porque los conejos son una especie tímida por naturaleza: “No siempre les gusta que los carguen y son muy frágiles. Patean y caen tus brazos desde lo alto al suelo. No es raro que se rompan los huesos de las extremidades e incluso la columna”, explicó.

Este animal suele tener sus extremidades muy frágiles.

Finalizó Ben, afirmando que: “También son bastante vulnerables a la estasis intestinal y a problemas dentales, lo que puede generar algunas facturas veterinarias inesperadas. Pueden ser excelentes mascotas si inviertes tiempo en ellos, pero mucha gente los deja en la conejera y se olvida”.