La caleña Nathalia Ávila, a sus 23 años, es bailarina de salsa profesional, entrenadora de baile deportivo y directora artística de su propia escuela, que está ubicada en el estadio Pascual Guerrero.

Baila desde que tenía 7 años, desde los 13 empezó a ser instructora y hoy en día es coreógrafa, pese a que ahora no puede bailar por una lesión que tiene en su pierna derecha, debido a un accidente de tránsito, que ocurrió hace dos años.

Aún así, sigue entrenando y en julio, con la Escuela Imperio de Baile —su academia— quedaron campeonas en salsa caleña, en el Big Dance, en el equipo Ladies (solo mujeres).

Bailar es mi vida, significa estar bien, porque bailando he podido encontrar esa felicidad, esa tranquilidad, esa paz y ha sido mi enfoque”, dice quien gracias al baile ha llegado lejos.

Tanto, que actualmente es una de las medallistas de oro de Cali. En el 2022 ganó tres de esas preseas participando en baile deportivo en los Juegos Departamentales.

Y aunque este año no pudo tomar parte como atleta, debido a su lesión, asistió como entrenadora oficial del equipo Cali y obtuvo tres medallas de oro con los chicos: “Para mí, el baile siempre ha sido esa manera de ir construyendo sueños y ayudar a otros a cumplirlos, porque trabajar con niños es dejarles huellas para que construyan su propio camino. El baile para mí lo es todo”.

Nathalia Ávila requiere una operación que puede costarle $70 millones. | Foto: El País

Nathalia ha hecho de su escuela un proyecto familiar: su mamá, Adriana Molina, es la directora legal; su papá es entrenador de acrobacias, y su hermana, Adrianita Ávila Molina, también bailarina, obtuvo medalla de oro para Colombia en The World Games 2013, en Cali.

Lejos estaba Nathalia de imaginarse que en enero 27 de 2023 sufriría un accidente en su moto, que amenazaría con cambiar todos sus planes.

“Me rompí el estómago, el intestino y el vaso, duré 26 días en la UCI, el peor trauma fue en el estómago, pero me recuperé rápido, gracias a un milagro. Después se me regó una bacteria, me dio peritonitis y también logré salvarme”, cuenta con el mismo ánimo con el que narra sus éxitos deportivos y dancísticos.

"El gremio salsero me apoyó con una bailatón que hicimos en el Mulato Cabaret. Me he sentido muy acompañada”, dijo. | Foto: El País

Dice que cuando se despertó, después del accidente y de haber durado 26 días dormida e inconsciente, no sintió su pierna derecha y se preguntó: “¿Por qué está encerrada en un yeso?”. Cuando superó sus otras lesiones, los médicos se enfocaron en ese diagnóstico: “Los doctores me dijeron que, gracias a mi juventud, iba a poder salir adelante, y trataron de unir los pedacitos que me quedaron de rótula a ver si podían reconstruirla. No se pudo”.

Duró seis meses en terapia, pero su rodilla no tenía estabilidad, no podía doblarla y el dolor era desgarrador. “Me sugirieron ponerme una rótula cadavérica. El 7 de noviembre de 2024 me operaron, pero me caí en la fisioterapia, sufrí un hematoma y me hicieron otra cirugía para sacarme la sangre infectada”.

Luego de cuatro meses, a su regreso a las terapias, su pierna se inflamó y los dolores se hicieron más frecuentes.

Su fuerza de voluntad y sus ganas de vivir y de ayudar a otros a conseguir sus sueños la mantienen con la fe puesta en su recuperación. | Foto: El País

“He tenido varias citas con médicos particulares, porque con Comfenalco ha sido muy difícil que me autoricen la cirugía, y con mi familia decidimos conseguir el dinero que se requiere. Estoy necesitando tres injertos, una rótula, un tendón y el surco, que es el hueso que va a sostener la rótula. Ahora tengo artrosis y me queda el 30 % del cartílago”, explica.

Pese a esta dura prueba con la que no contaba, Nathalia mantiene su espíritu inquebrantable y sus ganas de vivir intactas, lo que la lleva a ver hasta en su infortunio un valor: “Me ha fortalecido, me ha llevado a darle más valor a mi familia, incluso a mí misma, a mis conocimientos. Antes yo parecía un carro loco; esto me ayudó a ser más organizada, a amar más a los míos, a dejarme ayudar de mis amigos y a darle más valor a mi vida. Estoy muy agradecida por eso”.

Lágrimas hubo y aún hay, pero deseos de parar, nunca: “Estar sola en mi casa, en una cama o quieta, me frustraría, tendría pensamientos malos, por eso seguí dando clases. Cuando veo a mis 18 niñas bailando, mientras les doy las instrucciones sentada, extraño estar bailando, pero el amor que me tienen me llena más de lo positivo que de lo negativo, formarlas como campeonas me inspira a sacar toda mi frustración y a seguir buscando mis sueños y sus sueños”.

Hace ocho días, Nathalia visitó al doctor Figueroa, uno de los mejores cirujanos de rodilla, quien opera a deportistas: “Me aconsejó que dé la pelea y me opere a través de la entidad de salud, pues la operación cuesta más de $ 70 millones y ofreció acompañarme con el doctor Zuluaga, quien me va a operar”.

Lejos de derrumbarse, Nathalia sueña en voz alta: “Quiero volver a bailar, volver a los escenarios y darle una medalla a Colombia”. En agosto su escuela competirá en el Festival Mundial de la Salsa 2025.

Mayor información en: el WhatsApp 320 462 5636 y en el Instagram: @nathhaam