En la cocina de Platillos Voladores, la chef Vicky Acosta no solo sirve platos; en cada uno integra región, historia y pasión por los sabores del mundo. Eso hace su menú único.
Por eso, el pasado 5 de agosto, esta propuesta gastronómica, que mezcla técnica, memoria y creatividad, fue reconocida en la primera gala Fine Dining Table en Latinoamérica, realizada en Bogotá, en la categoría de Restaurantes Recomendados.
Allí, frente a cerca de 400 invitados —entre chefs, foodies y personalidades de la gastronomía mundial—, Platillos Voladores se convirtió en el único de Cali en ser incluido en la lista de los 22 mejores de Colombia.
“No nos postulamos, ni sabíamos que estábamos siendo evaluados. De hecho, es la primera vez que lo hacen en Colombia. Ellos vinieron a visitarnos de incógnito, probaron y se fueron. Después nos escribieron que habíamos quedado como restaurante recomendado. Fue una sorpresa total”, destaca Acosta sobre el reconocimiento.
Y es que, Fine Dining Table es una plataforma internacional que reconoce a los mejores restaurantes del mundo por su cocina, servicio y ambiente. Su sistema de distinción se asemeja al de las estrellas Michelin, pero aquí la escala se mide en “Sartenes”.
“Este premio sería el equivalente a una, dos o tres Estrellas Michelin, pero en este caso son uno, dos o tres Sartenes”, explica Acosta sobre cómo funciona la guía, y asegura: “Para nosotros, esta inclusión significa entrar a una vitrina global para que el mundo vea a Cali y descubra la riqueza gastronómica de Colombia. Así que ahora, vamos por uno de esos Sartenes”.
En su carta, Vicky combina ingredientes colombianos con técnicas internacionales. Por eso hoy, gran parte de su energía está volcada a investigar la cocina de la Sabana de Córdoba y el río Sinú. “Ahora estamos enfocados en sacar una carta de temporada, moviéndonos por todo el país. Con esta investigación queremos mostrar esos platos que la gente no conoce”.
Y justamente, de allí nacen creaciones como el chicharrón con pavita y casabe, honrando un poco esa mezcla costeña, con la influencia árabe. No obstante, Vicky recomienda, entre sus infaltables Platillos Voladores: el Pescado Pacífico, los ‘spring rolls’ de chontaduro, y los ceviches con rollitos de chontaduro o marañón. “Queremos que la carta sea un viaje por Colombia. La gente se está enamorando de sabores que ni siquiera sabía que existían”, cuenta.
Así, este nuevo premio se suma a otros, como su inclusión reciente en la guía Colombia a la Mesa, del Viceministerio de Turismo, o la plataforma de Sabores Bio, que reconoce el aporte gastronómico a la sostenibilidad, porque Acosta y su equipo se han preocupado por la inclusión, casi del 100 %, en alimentos sembrados en el país, y en especial, en la región.
“Hay que decir que, no traemos nada de otros países para poder ayudar a nuestro valle del Cauca”, destaca la creadora de este espacio gastronómico que hoy emplea a más de 60 personas, la mayoría, mujeres cabeza de hogar. Y, aunque los galardones se acumulen, para Vicky la verdadera satisfacción está “no en el reconocimiento a mí o al restaurante, sino a la cocina colombiana, a lo maravillosa que esta es”.