Miles de familias colombianas se preparan para vivir el tercer día de la Novena de Aguinaldos este jueves 18 de diciembre, en una jornada que profundiza en la reflexión sobre el alma y el cuerpo del Niño Jesús.

Esta tradición centenaria reúne a los hogares cada noche desde el 16 de diciembre hasta la víspera de Navidad, siguiendo un orden específico que incluye oraciones, consideraciones diarias, gozos y villancicos que dan sentido espiritual a la época navideña.

Los colombianos son muy devotos de esta bella tradición navideña. | Foto: El País

Por eso para comenzar con la tradicional novena de aguinaldos, hay que saber que la jornada inicia con la oración para todos los días, donde los fieles agradecen a Dios por el amor manifestado a través de su hijo.

Tras esta conmemoración, que incluye tres gloria al padre, llega el momento central: la consideración del día, para este caso, el tercero.

La jornada comienza con la llamada “oración para todos los días”. | Foto: Diseño Jesús Chacín/El País

Este día invita a reflexionar sobre dos aspectos fundamentales del Niño Jesús: su alma gloriosa y su cuerpo santo. La meditación propuesta se centra primero en el alma divina, destacando “la plenitud de su gracia santificadora” y su ciencia beatífica, que le permitía conocer desde el primer momento tanto lo pasado como lo futuro.

Consideración del día 3

“Así había comenzado su vida encarnada el Niño Jesús. Consideremos el alma gloriosa y el santo cuerpo que había tomado, adorándolos profundamente.

Admirado en el primer lugar en el alma de ese Divino Niño, considerarnos en ella la plenitud de su gracia santificadora; la de su ciencia beatífica, por lo cual desde el primer momento de su vida vio la divina esencia más claramente que todos los ángeles y leyó lo pasado y lo por venir con todos sus arcanos conocimientos.

Del alma del Niño Jesús pasemos ahora a su cuerpo, que era un mundo de maravillas, una obra maestra de la mano de Dios. No era, como el nuestro, una traba para el alma; era, por el contrario, un nuevo elemento de santidad. Quiso que fuese pequeño y débil como el de los niños, y sujeto a todas las incomodidades de la infancia, para asemejarse más a nosotros y participar de nuestras humillaciones.

La belleza de ese cuerpo del Divino Niño fue superior a cuanto se ha imaginado jamás, y la divina sangre que por sus venas empezó a circular desde el momento de la encarnación es la que lava todas las manchas del mundo culpable.

Pidámosle que lave las nuestras en el sacramento de la penitencia, para que el día de su Navidad nos encuentre purificados, perdonados y dispuestos a recibirle con amor y provecho espiritual".

Celebración Novena Navideña Instituto de Ciegos y Sordos. | Foto: El País

Después de la consideración viene la oración a la Santísima Virgen, donde se le pide que prepare y disponga las almas “para el nacimiento espiritual de vuestro adorado Hijo”.

Seguido de esta oración, la secuencia continúa con la oración a San José, reconocido como “esposo de María y padre adoptivo de Jesús”. Los fieles le agradecen por haber sido escogido para tan altos ministerios.

Los gozos: canto de esperanza

El momento más musical llega con los gozos, que incluyen el estribillo “Dulce Jesús mío, mi niño adorado, ven a nuestras almas, ven, no tardes tanto”, intercalado con el canto “Ven, ven, ven” después de cada estrofa.

Los nueve gozos recorren diferentes advocaciones del Niño Jesús: desde la “sapiencia suma del Dios soberano” hasta el pedido por la patria: “Haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tu amor y tu paz”.

La novena culmina con la oración al Niño Jesús, que recuerda las palabras consoladoras dirigidas a la venerable María.

*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.