“Stranger Things sale en 2016, en medio de un fenómeno que se viene dando culturalmente con muchos productos en marketing, televisión y cine, y es que muchos productores se han dado cuenta de que esta nostalgia por lo viejo o por generaciones pasadas es ideal para el consumo masivo. Uno lo nota en series como Wild & Grace, que habían terminado, pero le sacan nueva temporada ante esa tendencia de extrañar lo pasado”, dice Mateo Uribe, periodista, guionista, cineasta y podcaster, de @muscine.
Para el productor ejecutivo en @lnfagenciaexperto, “en Stranger Things utilizaron esa nostalgia ochentera en algo que no es un remake, sino una historia original, haciendo un tributo al culto ya existente por películas de Steven Spielberg, ochenteras y noventeras, de ese cine clásico de ciencia ficción, drama y terror. Esto generó un filin con la audiencia, además del uso de la música de la época, que dio la sensación de recordar los buenos tiempos del pasado”.
Algo semejante a lo que ocurre con marcas que sacan al mercado productos y empaques antiguos, o con la recreación de series icónicas como The Office que tiene una nueva versión, The Paper; se trata de capturar la nostalgia creando un concepto original, opina Mateo Uribe.
En general, en Stranger Things hay claras alusiones a películas como Regreso al Futuro, Terminator, Los Cazafantasmas y E.T., entre otras. El ambiente de los años 80 también se refleja en detalles como Lucas bebiendo de una lata de Coca-Cola New y Steve usando el spray de Farrah Fawcett para domar su voluminoso cabello.
¿Qué pasó con los actores?
Desde que Stranger Things se estrenó el 15 de julio de 2016 hasta el final, casi diez años después, una de sus protagonistas, Millie Bobby Brown, pasó de ser una pequeña de 12 años a una mujer de 21 que maduró, se mudó de país, se comprometió con Jake Bongiovi, se casó, construyó una casa en el campo, un refugio para animales y adoptó una niña.
Así la sigamos viendo como a Once, teniendo 16 años en la ficción (hay un salto temporal de dos años esta quinta temporada): su transformación física y la del resto del elenco se notan.
Al crecer los protagonistas, al aumentar su fama y su currículum, pasaron de cobrar 250.000 dólares por episodio a alrededor de siete millones de dólares por temporada. Bobby Brown tiene un contrato en exclusiva con Netflix y negocia por su propia cuenta.
Ahora es la estrella del algoritmo de la plataforma, gracias a Enola Holmes (la tercera entrega ya está rodada), la saga de películas que ella misma produce, así como Damsel y El Estado Eléctrico.
Por su parte, Finn Wolfhard tenía 14 años cuando empezó a interpretar a Mike Wheeler, pero el público fue testigo de su crecimiento físico y actoral en el transcurso de las sagas de películas de ‘It’, de Stephen King, y en las nuevas Cazafantasmas.
Quien no ha corrido con tanta suerte como los demás integrantes del elenco es Gaten Matarazzo (Dustin Henderson), pese a su sentido del humor a los 14 años, que le valió aplausos en esta serie. Ya adulto, ha sido más difícil para él labrarse una carrera, aunque ha incursionado en la animación y el doblaje.
Caleb McLaughlin (Lucas Sinclair), que al iniciar en esta saga de ciencia ficción, a sus 15 años, ya había hecho el papel de Simba, en El Rey León de Broadway, está irreconocible físicamente para los fans de Stranger. Pero su estrella sigue brillando: trabajó en The Book of Clarence, donde luce muy distinto al adolescente que pelea con criaturas del Upside Down.
Quien obtendrá justicia en esta última temporada será Noah Schnapp, quien, al encarnar a Will Byers, pasó la mayor parte de la serie refundido en el Mundo del Revés, pero ahora será epicentro del final. En el último año provocó polémicas en redes sociales debido a su apoyo al Gobierno de Israel: “El sionismo es sexy”, llegó a publicar.
Stranger Things significó la reivindicación para Winona Ryder, mítica estrella de Hollywood, aunque sus papeles se limitan a la nostalgia de Beetlejuice o a la serie de David Simon: La Conjura contra América.
Pese a hacer un papel secundario, o gracias a este, Charlie Heaton (Jonathan Byers) ganó notoriedad y atrajo más papeles, pues, tras la exitosa serie, estuvo en Hellboy, Vengadores: Endgame, Noche sin Paz y Gran Turismo.
Caso similar es el de Sadie Sink (Max Mayfield): estará en Spiderman, en Los Vengadores, y protagonizará Romeo y Julieta en el teatro londinense, luego de ser estelar en películas de terror de Fear Street; acompañar a Brendan Fraser en La Ballena, de Darren Aronofsky, e interpretar una versión de Taylor Swift en el cortometraje/videoclip de All Too Well. En cuanto a Joe Keery (Steve Harrington), actuó en Fargo, en Free Guy y protagonizó la película de terror: Spree.