Autor: Isabel Peláez R., editora de cultura y entretenimiento de El País

Quién lo creyera, pero a veces nosotros mismos cometemos autosabotaje en las relaciones de pareja y damos al traste con estas, por no saber reconocer las señales. Con ayuda de Carolina Velásquez Montoya, coach y conferencista especialista en liderazgo, le contamos cómo combatir esta mala praxis.

1. Uno de los saboteadores más fuertes que puede haber en una relación de pareja, y en cualquier tipo de relación, es el asumir lo que el otro está pensando o sintiendo. Abrir las conversaciones se vuelve fundamental y cuando yo tomo decisiones basada en lo que creo que es, sin haber escuchado al otro, puedo equivocarme y empezar a hacer un daño fuerte e incluso irreversible en la relación, porque no estoy permitiéndole a mi pareja que hable, explique y exprese qué es lo que está sucediendo en él, con él o en su forma de verse conmigo en una relación.

2. El comprar la paz a cualquier precio. Es decir, cuando yo por querer llevar la fiesta en paz o por no generar conflicto o confrontar constructivamente al otro, simplemente cedo o permito que se desarrollen comportamientos con los que no estoy de acuerdo, y me quedo callada y no hago nada al respecto. Eso va minando esa confianza, esa transparencia, ese deseo de hablar y mi sentimiento se van envenenando, porque estoy cediendo en cosas que realmente no quiero, y no estoy abriendo las conversaciones necesarias para poder aclarar lo que está sucediendo, lo que estoy sintiendo o lo que el otro está pensando.

3. Otro de los saboteadores fuertes es cuando permito que un tercero entre en esa relación, cuando cuento a todo el mundo lo que sucede con mi pareja, pero no lo hablo con él, en vez de enfrentarlo (a) o de hablarle, lo pongo en evidencia. Y no quiere decir que cuando haya una situación en que mi integridad física esté en riesgo no tenga que buscar ayuda, en ese caso hay que hacerlo, pero no volverlo un chisme con mis amigos y mi círculo más cercano, sino buscar ayuda profesional.

Sin embargo, cuando no es ese el caso, sino en los temas de día a día que se dan en una pareja y que generan molestia, a veces, cuando los hago de dominio público estoy generando un autosaboteo, porque estoy infringiendo la confianza que esa persona tiene en mí. Estoy violando, además, esa confidencialidad, y disminuyo la probabilidad de cimentar una relación transparente, tranquila y de confianza con el otro.

Propiciar momentos en pareja para conocer los gustos y preferencias del otro es muy importante. | Foto: Getty Images

4. Cuando creo que el otro es más importante que yo, es otra señal de autosabotaje. En la pareja ambos tienen que ser importantes, cada uno va a tener momentos en los que va a brillar, en los que, desde sus habilidades y competencias, va a poder ofrecer más que el otro, pero eso debe ser de parte y parte. En ningún momento puedo construir una relación saludable si yo no siento que tengo las mismas posibilidades de aportar y de ser parte integral y constructiva de esa pareja.

5. No abrir las conversaciones, no hablar con el otro, es otra forma de autosabotaje. Hay que buscar una estrategia que nos permita tener ese diálogo. Entender que hay un momento y un tiempo para tener dichas charlas, pero no dejarlas sin abrir, porque aquello que yo no expreso, empieza a anquilosarse y a volverse algo que va haciendo un hueco y después sanarlo es muy difícil.

Es importante expresar qué sucede en mí cuando el otro tiene comportamientos, acciones o situaciones, cómo me siento, qué sucede en mí. Y no dejar avanzar las dificultades, crisis o momentos en los que no se sienten bien.

En el juego de poder de una pareja tóxica, la autoestima se ve atrapada en un constante vaivén entre periodos de conflictos intensos y breves momentos de reconciliación que rara vez se traducen en cambios reales. | Foto: Getty Images

6. No tener acuerdos claros sobre diferentes temas, cosas muy sencillas, por ejemplo, la forma en que organizamos nuestra habitación, pero también está en temas tan importantes como la vida sexual, el no tener claro qué es lo que yo como parte de esta pareja quiero y estoy dispuesto a hacer, y escuchar al otro, conocer qué es lo que le gusta y lo que quiere incorporar en la vida de pareja y lo construimos juntos, porque tienen que ser acuerdos construidos. No tenerlo claro va a generar un saboteo en la relación.

Aplique en pareja

Aprender a hablar con mi pareja y no de mi pareja. Abrir las conversaciones necesarias, saber cuándo, con quién, en qué momento y qué temas hablar.

No guardarme nada. Si tengo algo que no he dicho, me saldrá en la primera discusión que tengamos y de una manera fuerte.

Para abrir una conversación hay que prepararla, saber cuál es el propósito, la intención debe ser poder resolver una situación, no tener la razón a toda costa. Y juntos construir y crecer como pareja.

Hay que iniciar conversaciones también sobre cosas buenas, sobre lo que admiro y respeto del otro.

Identificar cuál es el idioma que tiene mi pareja y el que tengo yo. Son cinco los lenguajes del amor, según Gary Chapman: las palabras de afirmación, el contacto físico, los actos de servicio, los regalos y el tiempo de calidad.

DATOS CLAVES

No tenemos el poder de cambiar al otro, de controlar sus reacciones, pero sí de trabajar en nosotros mismos, de gestionar emociones y saber qué queremos.

El amor y el respeto deben ser los pilares de las relaciones de pareja. Si mis acciones y palabras salen basadas en el amor y el respeto, podré construir una relación a largo plazo.