Aymer Álvarez, fotoperiodista con 50 años de experiencia, 40 de ellos ejerciendo esa labor en el periódico El País, es además, un melómano consumado, con muy buen oído para la música, y gran bailador.
Por eso, no es de extrañar, más bien de aplaudir que este 28 de diciembre, de 5:00 a 8:00 p. m., en el Encuentro de Melómanos y Coleccionistas, este hombre apasionado por la música, y en especial, por el bolero, sea reconocido por su aporte, a través de su oficio, a la cultura melómana en Cali.
¿Qué significa para usted este reconocimiento de Melómanos y Coleccionistas?
Me sitúa en un lugar importante en el medio del periodismo gráfico, oficio en el que he acompañado a los artistas, a los melómanos y coleccionistas durante muchos años. Estoy muy agradecido con ellos por este reconocimiento. He cubierto unas 45 ferias de Cali, y en Melómanos que cumple 34 años, he estado en 28 versiones.
¿Por qué es tan importante este encuentro para Cali y su Feria?
Es muy significativo este encuentro de Melómanos y Coleccionistas, porque está salvaguardando la historia musical de la ciudad, lo cual cobra aun más valor, ahora que Cali ostenta ya legalmente el título de Capital Mundial de la Salsa.
¿Cuénteme, cómo inició su gusto por la música?
En mi pueblo, en Ansermanuevo, yo trabajaba en lo que resultara y entre los 10 y los 11 años trabajé en un café, allí lavaba vasos, de cuatro de la mañana a diez de la noche y hí empecé a escuchar a Julio Jaramillo, Tito Cortés, a los grandes, Celia Cruz, Benny Moré, puro sentimiento.
¿Siendo tan pequeño, cómo se da el aprendizaje del baile?
En esa época los niños del pueblo nos íbamos los fines de semana al quiosco de los bomberos a bailar, lo que se bailaba en ese entonces era pura música tropical, de Rodolfo Aicardi y el Loco Quintero: cosas como La Piragua, pero después yo cogí el gusto por los boleros, ya aquí en Cali, más adulto.
El bolero yo lo bailo hace unos 45 años y he tenido muchas parejas de baile, yo bailaba con la que yo sentía, porque el bolero es sentimiento, cadencia. El bolero se ve fácil de bailar, pero no lo es, hay que tener muy buen oído para disfrutarlo y bailarlo.
¿Qué debe tener un bolero para que le guste?
Una armonía musical que le llegue a uno. De hecho no le pongo tanto cuidado a las letras, sino a la música, por eso a mí las canciones de los cubanos han sido las que más me marcaron: Celia Cruz, Benny Moré, y puertorriqueños también como Tito Rodríguez y a Danny Rivera lo fotografié en vivo en La Habana, en el Teatro Karl Marx, donde se presentan los mejores espectáculos.
Cuéntenos sobre otra pasión suya, la fotografía, ha tenido la oportunidad de retratar artistas famosos del bolero...
Sí, esa pasión inició hace 50 años. Celia Cruz con La Fania, en el Coliseo del Pueblo, Pete El Conde Rodríguez, y en Cuba, cuando estuve invitado al Festival Internacional del Bolero de Oro, que me invitó Perucho Mejía, profesor de la Universidad Santiago de Cali, fotografié a Danny Rivera.
¿Cuáles son esos lugares de Cali donde se puede escuchar buen bolero?
No hay tantos sitios especializados, pero la tradición de escuchar boleros no se ha perdido, está La Matraca, La Nellyteca, en el barrio Obrero, y de la misma dueña, en el Guayaquil, El Anacobero, donde se oyen muy buenos boleros. Tampoco me pierdo audición en La Casa Latina, con el Gary Domínguez, un príncipe de los melómanos, fundador además. Hay muchos sitios, también está el Portón Caldense, en el Parque Alameda.
¿Cuál es la pinta para escuchar buen bolero o bailarlo?
Mirá que eso se ha perdido bastante. Eso se ve en Son Caribe, con camisa tropical, que ahora está de moda. Hace poco en La Caldera del Diablo, en una audición que hicieron el domingo con Ataca Quintero con DJ Prilla, pusieron bolero y música de nuestra época y allá se ven jóvenes que adoptaron ese estilo de la camisa tropical y el zapato especial. Yo era el único con sombrero, pero a Son Caribe sí van muchos con la pinta completa.
Otro sitio muy bueno es El Pedregal, de Yumbo, yo voy de vez en cuando un domingo.
Como fotorreportero ha visitado países donde el bolero es el rey...
Como Santiago de Cuba, en La Habana, donde se baila en vivo además, muy buena música, lo tradicional, el bolero ícono de Cuba es Lágrimas Negras, que lo cantan en distintas versiones. Hay canciones que son grabadas por miles de veces, creo que El Manicero, que es otro tipo de música. Pero en Cuba uno tiene gran variedad de temas para disfrutar.
¿Entre la salsa y el bolero se debaten sus amores? O ama más el bolero...
La salsa no es lo mío, la bailo porque sí, por inercia, no sé si lo hago bien o mal, pero sí. En la rama de la salsa, el bugalú para mí es mundial, ya no lo bailo tanto porque los años algo pesan, los años van bajando a la rodilla, pero el bugalú es un ritmo espectacular.
¿Cuál es esa playlist del bolero que recomendaría para quienes empiezan a escucharlo?
Yo recomiendo Dile que por Mi no Temas, de Celia Cruz; de Benny Moré está La Culebra; Yo Soy el Son Cubano, Guillermo Portabales canta canciones como El Carretero, que sirven para aprender inicio del bolero, y la música campesina de Cuba ayuda mucho a soltar. Yo nunca he tenido profesor de baile, más bien he adquirido la técnica. Aquí hay parejas de baile como Myriam Lemos, la directora del Ballet Santiago de Cali, que enseña técnica. Ella ha sido mi pareja los últimos 30 años. Con ella me siento muy bien bailando, aunque el bolero que ella baila es muy diferente al que yo bailo, pero nos adaptamos muy bien, porque el bolero, como toda la música, es un sentimiento.
Hay un bolero internacional, que le gusta mucho...
Ah... Ahora o Nunca, de Elvis Presley, bolerazo, es en inglés. Es de escucharlo y no es fácil de bailar. Como ese bolero tan sentimental, tan lento que interpretaba Celia Cruz: Te Busco, que es complejo de bailar, bueno, de los últimos que presentó. Hay boleros muy sentimentales, otros muy guajiros, esos son espectaculares, hay boleros salseros también. Cuando yo llegué a Cali en el año 1970 comencé a escuchar: “Yo estaba con mi amorcito”... de esas orquestas famosas que en el pueblo no escuchaba, yo soy de Caicedonia, pero con sangre cubana. Incluso en Cuba, pasaba por cubano.
¿Qué siente al salir a la pista de baile?
Me gusta que admiren el estilo de baile que yo tengo y me gusta bailar con una pareja que haga bien, para que se note la diferencia. Yo bailo por placer y me gusta que me admiren. No es para demostrarle a nadie que bailo mejor. Hay quienes bailan todos los días, yo no, pero cuando bailo, lo hago bien.