La demanda, la inversión y el consumo de los hogares serían los componentes que presentarán una mayor expansión, con tasas de crecimiento de 4,8% y 4,6%, respectivamente.

Ahora bien, desde el enfoque de la oferta, el mayor dinamismo esperado en la actividad productiva respondería a la aceleración de diez de los doce sectores de la economía y estaría liderado, principalmente, por el sector de servicios financieros.

Este sector, según nuestras previsiones, registraría una expansión del 6,4% al cierre de 2020.

El ciclo económico expansivo que actualmente atraviesa el país favorecería el dinamismo de la cartera crediticia, que en 2020 bordearía un crecimiento del 5,5%.

Este resultado se atribuye, principalmente, al desempeño de la cartera de consumo, que registraría un crecimiento de 8,7%, cifra que se vería impulsada por la política expansiva del Banco de la República, así como por el progresivo incremento de los ingresos por concepto de remesas.

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La cartera comercial y de vivienda continuarían su senda de recuperación, exhibiendo un crecimiento del 3,5% y 7,0%, respectivamente.

Una tendencia similar se observaría en la cartera de microcrédito, cuyo crecimiento esperado de 1,0%, el más modesto entre las modalidades de cartera, superaría el de 2019 (0,7%).

Respecto a la cartera de vivienda, en este nuevo año se espera la consolidación de iniciativas del Gobierno asociadas a la concurrencia de subsidios y los programas de semillero en su versión arriendo y ahorro.

A ello se sumaría la continuación de la dinámica positiva en el programa de “Mi Casa Ya”, que supera las 30.000 asignaciones anuales. Por otra parte, el exceso de oferta en el segmento de vivienda No VIS se ha venido depurando, lo cual reduce los tiempos de rotación de inventario, y da mayor holgura a los estados financieros de las constructoras.

Así las cosas, de forma asertiva el mercado espera que las condiciones macroeconómicas en materia de inflación y tasas de interés se constituyan en una oportunidad para que los hogares y empresas del país accedan a las distintas modalidades de crédito ofrecidas por el sector financiero, beneficiándose de tasas de interés atractivas y competitivas en el mercado.

En materia de seguridad, quiero destacar que durante 2019 el sector financiero realizó  importantes  avances.  Para fortalecer  a las  entidades financieras frente a ataques cibernéticos, se puso en marcha el Centro de Atención a Incidentes Cibernéticos (CSIRT).

Se afianzaron las alianzas que existen con la fiscalía y la policía y se fortaleció la presencia del gremio en todo el territorio nacional, mediante los frentes de seguridad bancario. Para el 2020 se continuará trabajando de la mano de las autoridades y se realizaran campañas más ambiciosas de sensibilización al público frente a temas de seguridad, todo ello con el fin de consolidar el modelo del CSIRT financiero. Con esto se continuará brindando un ambiente seguro para la realización de transacciones de los colombianos. Con el objetivo de no solo impulsar el crecimiento del sector, sino también de generar mejoras sustanciales en los indicadores de inclusión financiera del país, durante 2020 se continuará fortaleciendo el uso de canales transaccionales apalancados en innovaciones tecnológicas, pues el desarrollo y adopción de estas herramientas conllevará a que progresivamente más colombianos puedan aprovechar las condiciones financieras favorables que prevalecerán durante el próximo año.

En síntesis, en 2020 el crecimiento del crédito se mantendrá positivo, con indicadores de calidad saludables y un mayor impulso de los canales de consumo e inversión, todo ello en medio de un escenario de riesgos más acotado.

Vale la pena recordar que 2019 fue un año que permitió consolidar perspectivas positivas en materia de crecimiento y consolidación de la demanda interna.

Hay que destacar que entre enero y septiembre de 2019 la economía colombiana exhibió un mayor dinamismo respecto al observado un año atrás (3,1% vs 2,5%), un resultado que da cuenta del proceso de recuperación que inició en 2018.

De hecho, en el tercer trimestre del año en curso el crecimiento de la economía bordeó el 3,3%, siendo esta la cifra más alta registrada en los últimos quince meses.

Este escenario nos permite esperar una expansión de la economía cercana 3,2% al cierre de 2019, que se puede explicar, desde el enfoque de la demanda, por una dinámica positiva de la inversión (4,8%), así como por el crecimiento del consumo de los hogares (4,6%).

Por el lado de la oferta, el repunte económico de la economía ha estado soportado por el comportamiento positivo de los establecimientos financieros y del comercio, actividades que entre enero y septiembre de 2019 crecieron a tasas del 6,1% y 4,9%, respectivamente.

Al respecto, el comportamiento del sector financiero ha estado asociado, principalmente, al alza en la colocación en la cartera de consumo que, a septiembre de 2019, exhibió una tasa de crecimiento del 10,7%, seguida por la de vivienda (6,7%) y la comercial (2,6%).

La modalidad de consumo, la segunda con mayor participación dentro de la cartera total (29,8%), se expandiría en 2019 a una tasa del 10,0% gracias al incremento en la colocación de créditos de libre inversión, libranzas y tarjetas de crédito.