Hace poco más de dos meses entró en vigor la nueva Ley de Reforma Laboral, una normativa que introduce varias modificaciones en las reglas que regulan las relaciones de trabajo en Colombia.
Ante esto, la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), realizó una consulta directa con empresarios de distintos sectores y regiones del país, con el fin de recopilar los puntos de vista, preocupaciones y experiencias frente a los primeros impactos de la reforma.
Comercio minorista y el impacto de la reforma
En uno de los primeros apartados del registro, la entidad señala que el comercio minorista está en alerta, ya que tiene un empleo con tendencia negativa y recuperación frágil.
“En 2025 la tendencia negativa se mantuvo, con variaciones de -1,4% en enero y -1,1% en mayo, aunque en junio y julio se observó un leve repunte (0,3% y 0,9%). Este alivio resulta insuficiente para revertir la trayectoria descendente iniciada en 2023 y este comportamiento confirma la fragilidad del empleo en el sector que puede agravarse aún más por la reforma laboral", se lee en la encuesta.
Un 35 % de los encuestados proyecta que su planta de personal disminuirá en lo que resta del año, frente a un 52 % que cree que se mantendrá igual y solo un 13 % que anticipa aumentos.
En cuanto a los costos, el 46 % de los empresarios anticipa un impacto financiero alto, principalmente por el incremento progresivo en los recargos dominicales y nocturnos.
Esto ha llevado a decisiones inmediatas: 24 % de las empresas ajustó horarios, 19 % redujo turnos nocturnos y 18 % congeló la contratación.
“La mayoría de los empresarios (56 %) percibe que la reforma laboral afecta gravemente la competitividad de precios frente a los competidores informales, y un 25 % señala que la reduce un poco, lo que deja ver una clara pérdida de capacidad frente al mercado informal. Apenas un 15 % considera que no tiene mayor efecto, evidenciando que la preocupación es generalizada”, afirma Fenalco.
Otro hallazgo crucial es que el 75 % de los encuestados considera que la reforma está aumentando la informalidad laboral en su sector. Además, más de la mitad señaló que la obligatoriedad de priorizar contratos a término indefinido limita la flexibilidad operativa.
La encuesta también refleja rechazo a la monetización de la cuota del Sena en 1,5 salarios mínimos, con más de 60 % en desacuerdo.
Frente al futuro, el 59 % de los empresarios manifestó preocupación por un posible aumento del salario mínimo por encima de la inflación en 2026, señalando riesgos para la sostenibilidad de sus negocios.
Fenalco advirtió que estos primeros resultados confirman los temores expresados antes de la aprobación de la ley: en lugar de impulsar el empleo formal, la reforma estaría generando presiones que afectan la competitividad y podrían derivar en una mayor informalidad.