Carlos Lizarazo parece estar viviendo un 'segundo tiempo' con el Deportivo Cali.

El volante vallecaucano, que tuvo picos altos y bajos en su primera y larga etapa desde el 2009 hasta el 2014, está atravesando un gran momento a sus 28 años y en lo que parece ser una nueva posición en el terreno de juego: volante retrasado, casi en la misma línea de Andrés Colorado y de Andrés Balanta.

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Pero antes de este resurgir, Lizarazo tuvo muchas frustraciones, como ese duro paso por el Cruz Azul de México en el 2015, sin jugar y acosado por las lesiones, y luego una estancia también sin mucho éxito por el Dallas de la MLS.

De allá regresó a Alianza Petrolera, lo que hizo suponer que sería el declive de su carrera; luego otros dos equipos con resultados no muy buenos, América y Once Caldas, y por fin el visto bueno para quedarse este año en el Deportivo Cali, su casa, como él mismo lo dice.

¿Se dio cuenta de que la afición al comienzo tuvo dudas y hasta reprobó su regreso por sus antecedentes futbolísticos?

Es normal que se generen dudas cuando uno no viene jugando, pero gracias a Dios he venido creciendo y haciendo las cosas bien. Ahora, no se trata de callar bocas, sino de ir convenciendo a la gente de las ganas que tengo, de seguir mejorando y de entregarlo todo por esta institución.

¿A qué atribuye este buen momento con el Cali?

A la oportunidad y a la confianza que he recibido de los directivos y del cuerpo técnico; estoy muy agradecido con ellos, por eso me preparo bien; la idea es estar bien para cada partido, entregarlo todo y junto con todos mis compañeros seguir creciendo.

¿Usted siente que es aceptado por la hinchada?

Sí, es satisfactorio que se esté pasando por un buen momento y que la gente lo reconozca; eso me compromete a darlo todo cada que salgo a la cancha; sé que en cada partido hay que superar lo que se hizo en el juego anterior, eso implica cierta responsabilidad con el equipo.

¿Le favorece la nueva posición que tiene, arrancando desde más atrás?

Son variantes que el ‘profe’ ha venido utilizando no solo conmigo, y me he sentido cómodo por el estilo de juego que hemos adquirido, que es mucha dinámica y buen trato al balón; desde donde el ‘profe’ vea útil mi trabajo, ahí voy a estar.

Hubo instantes malos como ese paso por Cruz Azul en 2015...

Sí, allá sufrí una lesión que no fue bien tratada y eso me privó de tener la posibilidad de jugar. Reconozco que quedé en deuda; y cuando estuve habilitado para jugar, no me pusieron. Ya después vino lo de la fascitis en la planta del pie que no me trataron bien.

Y se fue al Dallas de la MLS y allá tampoco le fue bien...

Estuve un año, tampoco jugué lo que esperaba y por eso vine a Alianza Petrolera. En Dallas no tuve problemas de lesión, pero no alcancé a jugar el número de partidos que quería. Es una buena Liga que cada día crece más, pero por falta de continuidad se optó por mirar otros horizontes.

¿Llegar a Alianza era como un retroceso en su carrera?

No lo veo así. Son circunstancias que le da a uno el fútbol; llegué a Alianza y seguramente muchos pensaron que sería el declive de mi carrera; pero de allí pase al Caldas y ahora estoy en el Cali. Hoy estamos acá y mañana en otro lado. Todo va en la actitud con que se enfrenten los retos. Por ahora estoy agradecido con el Cali y la idea es estar muchos años acá en esta que es mi casa.

¿Qué ha sido lo más difícil que ha vivido en el fútbol?

Las lesiones o cuando no se tiene continuidad; uno trabaja, pero después no aparece la oportunidad por circunstancias que se dan. Uno quiere sobresalir, pero muchas veces los planes no salen como se pretenden o están las lesiones que me perjudicaron varias veces.

¿Pensó tirar la toalla?

Nunca, por mi cabeza no pasó eso; este es un deporte en el que cuando se sale a la cancha se puede ser figura o de pronto se corre el riesgo de lesionarse. Es un juego. Va más en la mentalidad que se tenga, en el apoyo familiar que haya y en los objetivos que uno se trace. Obstáculos siempre va a haber, lo importante es tener a Dios primeros y después el respaldo de la familia.

¿Qué ha sido lo mejor que le ha pasado en el fútbol?

Todo, estar acá de nuevo en el Cali es una gran bendición, disfrutar de mi casa, jugar y estar con grandes compañeros, son cosas muy buenas.

¿Para este momento ayuda estar en un equipo que conoce bien?

Sí, conozco la plaza, desde los 7 años estoy acá, sé a qué juega el equipo, cuál es la identidad, el peso y las presiones que hay; por eso pude adaptarme más rápido. Además, el estilo que viene implementando el ‘profe’ me favorece. Ojalá pueda quedarme un poco de años más.

El hincha quiere a los canteranos, ¿usted se siente querido?

Sí, considero que se han hecho buenas cosas, a la gente le gusta el buen fútbol y yo siempre trato de plasmar eso dentro del juego. Es grato recibir el respaldo de la afición.

¿Para qué está el Cali en la Liga?

Nosotros vamos paso a paso, mejorando; el equipo se ha mostrado fuerte futbolísticamente y avanzando en cada partido. La idea es ir de a poco, logrando los objetivos.