Yaser Asprilla es uno de los jóvenes jugadores con más proyección en Colombia. De hecho, el futbolista ya suma minutos con el equipo de Néstor Lorenzo y, además, constantemente dice presente, con goles, en su equipo: el Watford de Ingalterra.
Pero su presente en suelo inglés lo tiene con una disputa a su nombre. Antes de llegar al Watford, Asprilla se desempeñaba en el Envigado. Del equipo colombiano al equipo ingles pasó el 17 de enero de 2022. Por esas épocas, un representante llamado Alejandro Blanco, de la empresa Synerjoy Soccer, le dijo al elenco ‘naranja’ que él era el manager deportivo del futbolista.
Como soporte, Blanco llevaba consigo un contrato. Este se firmó el 3 de noviembre de 2021 en la notaría octava del círculo de Medellín, y era válido por 60 meses (5 años). A este tuvo acceso SEMANA.
“Hicimos la negociación del Watford cuando Yasser cumple 18 años. Alejandro Blanco se presenta a los días a decirnos que es el representante. Desde los 11 años Yasser estuvo en Envigado y Blanco nunca apareció en 7 años”, le reveló una fuente de ‘La Escuela de Iniciación Cantera de Héroes’ a SEMANA.
Ese contrato tenía como objetivo la representación y asesoría a Yaser en todos los trámites que tuviesen que ver con transferencias, ya fuera en préstamo o definitivas, sobre “sus derechos federativos, deportivos y económicos, en todos los contratos vinculados directa o indirectamente a su carrera deportiva, contratos de carácter laboral, civil, comercial o de marketing”, como reza en el documento.
Además, dividieron el precio de la siguiente manera:
“El 3 % de todas las sumas que percibiera el futbolista como salario e incrementos de este y con motivo de los contratos que se celebren como consecuencia de la mediación y/o representación y/o asesoramiento en trámites y/o gestiones. La remuneración del intermediario por su labor se calculará porcentualmente con el convenio de transferencia del futbolista de un club a otro. El equivalente al 10% de la suma que le sea reconocida La remuneración correspondiente a las campañas publicitarias, derechos de imagen y/o actividades de mercadeo gestionadas por el Intermediario será del 20% sobre los ingresos brutos que por este concepto obtenga”, además de añadir que los porcentajes se harán efectivos según la moneda de la transacción.
Ahora bien, hay que hacer una aclaración. La Federación Colombiana de Fútbol (FCF) es clara con el reglamento de los agentes de fútbol: los contratos entre una persona y un agente no pueden superar los dos años y, en caso de prórroga, esta deberá ser por medio de un nuevo contrato.
“Toda cláusula de renovación automática o que estipule la prórroga de cualquiera de los términos establecidos en el contrato de representación más allá de este periodo de validez máximo se considerará nula y sin efecto”, reza la FCF.
Además, aclaran: “A la hora de establecer el límite de los honorarios calculados en función de la remuneración de una persona no se tendrán en cuenta los pagos variables. Si la remuneración de una persona supera los quinientos millones de pesos (COP 500.000) ANUALES (o cantidad equivalente), se aplicará un límite a los honorarios del 3 % sobre la cantidad excedente anual si el agente de fútbol representa a una persona, o del 6 % en el caso de que represente tanto a la entidad de destino como a una persona (doble representación permitida). El cálculo de la indemnización por transferencia no deberá incluir ningún importe abonado en concepto de retribución por incumplimiento de contrato con arreglo al art. 17, o el anexo 2, cualquier porcentaje de venta futura”.
Y esos últimos dos puntos, expuestos en el reglamento de la FCF, son claves. Tal como cuentan Macario Asprilla y Marly Martínez, padre y madre de Yaser, cuando el jugador cumplió 18 años no quiso seguir siendo representado por Alejandro Blanco y se inclinó por Jhonathan Herrera, de la empresa ´JHSEVEN SPORT COMPANY´.
Según le dijo el padre de Yaser a SEMANA: “Cuando Yaser llega a los 18, quiso que lo representara Jhonathan. Nosotros le comunicamos a Alejandro por escrito y hasta por llamada y no lo quiso aceptar. Nos puso una reunión y tampoco entendió ni aceptó”.
Por su parte, la madre del jugador afirmó: “Alejandro Blanco, no lo ha podido aceptar, nos ha hecho la vida imposible y a cuadritos. Nos ha mandado cartas, incluso a la unidad. El único representante que tiene mi hijo es Jhonathan Herrera”.
En contraste, Alejandro Blanco le comentó al medio referenciado: “Fue la mamá la que me dio ese poder. Antes de irse al mundial de Argentina me mandaron una carta de renuncia de Yasser que se nota que la firmó con los ojos cerrados. Yo mando a mi abogada a la concentración de Colombia y él ni por enterado estaba”.
Los padres de Yaser viven un drama. Marly afirma: “Yaser está en esta situación por culpa de nosotros, porque él era menor de edad. Ese señor Alejandro, ha reclamado 5 mil millones de pesos”, y Macario refuerza: “Se aprovechó de la ignorancia de nosotros. Nos hizo creer que el contrato que tenía con Envigado, no era válido. Nosotros le creímos, firmamos con él y después nos dimos cuenta de que eso no era correcto. Él sabe que lo que hizo no está bien”.
“He ejercido mi labor por más de dos años. Mi empresa tiene un grupo de profesionales para atenderlo a él en todos los aspectos. Hicimos un trabajo agresivo de marketing. Asesoré de buena fe, con ética y los principios de derecho y hasta renuncié a la comisión”, le afirma Blanco a SEMANA, además de decir que busca conciliar.
En contraste, el representante de Yaser Asprilla, Jhonathan Herrera, le dijo al medio “Ni Yaser, ni la familia, ni nosotros como empresa tenemos nada que ver en esto. Si tiene algo que reclamar, que vaya a Envigado o Watford. Iniciamos los temas legales de protección a Yaser y su familia. Ha dicho que lo estamos amenazando y eso no es cierto.”
Cabe recordar que, según el mismo padre de Asprilla: “Le agradezco (a Alejandro) porque me dio trabajo cuando lo necesitaba. Nunca me regaló nada. Creía que era una buena persona, pero con esta situación sufrí hasta un preinfarto. Ese señor Alejandro, me estuvo acosando. Incluso se daba cuenta cuando íbamos a Cali, a dónde íbamos, en que nos movilizábamos”.