La espada, esa asignatura siempre pendiente. Ese podría ser el balance de la primera tarde de la Feria de Cali, en la que se cortó una sola oreja que fue a parar a las manos jóvenes de Marco Pérez, el niño ayer y el hombre hoy, que debutó en Cañaveralejo.
Desde la mirada del vaso medio lleno, pasaron muchas más cosas en la tarde, con un encierro de Juan Bernardo Caicedo de por medio, en el que faltó remate en algunos toros que prometieron ser más, y fondo en otros, esos mismos que no alcanzaron el mínimo nivel de trascendencia.
Igual, el balance pudo ser otro. Para el francés Sebastián Castella, para el colombiano Juan de Castilla e, incluso, para el propio Pérez.
Para comenzar por este último, lo suyo, lo de recordar, debió ser el primero de sus turnos y no el último, en el que se llevó el apéndice cómo trofeo. Porque fue en ese otro, tercero de la tarde, donde exprimió lo mejor del noble ejemplar de Juan Bernardo Caicedo, dándole tiempos y distancias justos para hilvanar el toreo. Al final, la Presidencia resultó castigando el mérito del salmantino al dar la vuelta al ruedo al toro, exagerada, mientras el autor de la obra se quedaba con las manos vacías.
En cambio, en el sexto, Marco cosechó una oreja en tarea hecha más a las carreras que con la pausa y la lentitud qué bien hubiera merecido el toro mas hecho del encierro. Y, también, el más interesante.
Y en estos ires y venires que tiene esto del toreo, Sebastián Castella mereció más que las tibias palmas que sonaron al caer el cuarto de la tarde, un cuasi inválido del que terminó haciendo una faena increíble porque lo supo llevar por bajo a punta de físico pulso hasta convertir a su enemigo en otra cosa.
También hubo méritos, muchos la verdad, en Juan de Castilla con el quinto de la corrida, porque había que estar ahí, firme y con mucho sitio, para sacar los muletazos largos y templados que merecieron otros ecos de parte de los tendidos.
Solo que las espadas dijeron no y, como consecuencia, eso que llaman resultado se limitó a una diferencia mínima.
Claro está, también hubo un primero de la tarde, el de Castella, sin posibilidades , y un segundo, para de Castilla, que fue de más a menos, en los que las ilusiones se apagaron pronto.
Ficha de la corrida
Seis toros de Juan Bernardo Caicedo: 450, 470, 490, 465, 465 y 485 kilogramos.
Sebastián Castella: malva y plata / palmas y palmas.
Juan de Castilla: verde botella y oro / palmas y palmas tras aviso.
Marco Pérez: nazareno y oro / saludo tras aviso y oreja.
El cartel para sábado en Cañaveralejo, a partir de las 4:00 p.m.: Román, Joaquín Galdós y Javier Zulueta, con toros de Campo Real.