Los argentinos Sambueza y Tévez son figuras de Cali y Boca Juniors, respectivamente.
Sambueza porta una casaca contramarcada con el número 25. Tévez luce la 10. El primero, que está vestido de verdiblanco, vivirá su primera gran experiencia en un torneo continental; el segundo, que exhibe la azul y oro, no necesita presentación, ya que su potente derecha trascendió las fronteras del continente americano. Él es una figura mundial. Pero a pesar de las marcadas diferencias, hay algo que los une: su país de nacimiento, ese en el que brotan magos con el balón, ese en el que los niños nacen con la herencia futbolística en sus venas.
Fabian Andrés, de 27 años de edad, que lleva en su espalda el legado Sambueza, ese que su hermano Rubens instauró en lo más alto del fútbol argentino durante sus cuatro temporadas en River Plate, mañana empezará a escribir su propia historia en la Copa Libertadores, cuando defendiendo los colores del Deportivo Cali, enfrente al temido e histórico Boca Juniors.
El Chino, que en cuatro juegos de la Liga colombiana se ganó el corazón de la hinchada caleña, que desde ya corea su nombre y no escatima esfuerzo para aplaudirlo al final de cada partido, es el encargado de guiar al joven equipo de Fernando Pecoso Castro en su debut en la Libertadores.
Sambueza, quien se convirtió en el socio ideal de Rafael Santos Borré y Hárold Preciado, los delanteros de lujo del conjunto verdiblanco, se caracteriza por ser un jugador menudo, rápido, ese que inicia la jugada, hace la transición y la termina. Un mediocampista con gol lleva tres en cuatro partidos del fútbol colombiano, técnica y con media distancia. Es ese hombre que estaba buscando el Cali.
Y esa figura que se forja con los azucareros mañana tendrá que verse cara a cara con el 10 del equipo xeneize: Carlos Tévez. Y será ahí frente al Apache que Sambueza tendrá que aprovechar la oportunidad para mostrar lo que tiene para aportarles a los verdes.
El apache milagrosoEn el mal inicio de temporada de Boca Juniors, en la que el equipo gaucho se tardó más de seis juegos en convertir, Carlos Tévez fue quien le puso el pecho a la brisa. En sus declaraciones, siempre dejó claro que el primer culpable de la actualidad del equipo era él y por eso se puso a la tarea de revivir a la escuadra xeneize de las cenizas.
Carlitos, acérrimo hincha boquense, lleva su pasión al límite, tanto así que se bajó varios millones en su sueldo al dejar Europa (Juventus) para llegar a reforzar a la escuadra que dirige hoy Rodolfo Arruabarrena. Para el Apache, Boca es su vida.
Esa pasión que respira el jugador nacido en el barrio Ejército de Los Andes, en Buenos Aires, también la demuestra en la cancha. Su temperamento, su potencia, el espíritu luchador y la garra gaucha es evidente partido tras partido.
Tras ese mal inicio de temporada, que empaña su actualidad en la escuadra, Tévez quien es la máxima figura de este torneo continental intentará que la gloria para Boca llegue en la Copa Libertadores y Deportivo Cali será el primer escollo (mañana a las 7:45 p.m.) de esa meta del Apache, que con su liderazgo y sus goles quiere revivir la historia xeneize.