A sus 45 años de edad, aquel hombre que tuvo una niñez dura, que vivió en medio de la pobreza, la minería y el desplazamiento por culpa de los grupos al margen de la ley, en el noroeste de Antioquia, hoy en día es el orgullo de la población de Amalfi, a la que no abandona, pese a ser hoy el mejor árbitro de Colombia y uno de los mejores del mundo.

Wilmar Roldán, quien este año debía acabar con su carrera como árbitro, sus buenas actuaciones le dieron una oportunidad más, pese a que en Colombia los réferis solamente pueden dirigir hasta los 45 años.

El hijo de doña Luz Amparo Roldán, aquel niño que nació en Amalfi y vivió hasta su adolescencia en Remedios, era un arriero que convivía en medio de las minas.

A los 10 años retó a una profesora que pitaba un partido, momento que lo llevó a convertir el arbitraje en su profesión.

Hoy en día relata con orgullo su vida y obra, por eso sacó a la luz el libro que cuenta su vida, Silbato de Oro.

En diálogo con El País, Wilmar Roldán detalla momentos inéditos de su carrera, como dirigir a Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, cómo injustamente lo sacaron del panel arbitral de Suramericana para el Mundial, lo que ha sufrido su hija, su mamá, su esposa y la familia en cada partido, su vida de campesino y arriero, y mucho más.

Wilmar Roldán es catalogado uno de los mejores árbitros de Sudamérica en los últimos 15 años. | Foto: AFP

¿Qué lo llevó a usted a escribir, a sacar un libro de su vida?

Lo que me motivó fue entender que no es fácil esta profesión, llevar más de dos décadas al servicio del fútbol colombiano mediante el arbitraje.

También el reconocimiento que han tenido las personas para conmigo como árbitro y como profesional en todos los lugares de Colombia, que hoy la gente siempre me habla muy bien, viven pendientes de mí, saben qué hago, qué no hago, tienen muchos interrogantes; entonces ese respeto y ese cariño que me mostraron las personas fueron un pilar fundamental para la decisión de escribir Silbato de Oro.

¿Qué podemos encontrar en Silbato de Oro?

Hay personas que dicen: Wilmar, yo comienzo a leer el primer capítulo y yo creo que me voy a quedar ahí solamente en el primero, pero la verdad en dos días me lo termino; a veces una persona me llama y me dice: yo en la noche lo terminé.

Son unos relatos muy maravillosos, te sumergen en la historia; a veces piensas que estás ahí, sufres, disfrutas, es una cascada de emociones, es un carrusel de situaciones en las cuales el lector se involucra en estas historias y, la verdad, para mí es muy maravilloso y muy motivante escuchar estos relatos de las personas.

¿Cuál es el capítulo que lo atrapó?

A mí me atrapó todo el libro, pero hay personas que les gusta, por decir algo, un capítulo que se llama Inquebrantable, que es mi vida cuando yo llego a Medellín; hay otro capítulo que se llama El de la Copa Libertadores, Flamengo Vs. Olimpia, El de América Vs. Chicó.

Cada capítulo tiene el nombre de un partido en particular y no es hablar del partido, es hablar de la historia antes, durante y después de estos juegos.

¿El libro ya se puede conseguir en las distintas librerías?

Hace 15 días está en la Librería Nacional, en la Panamericana y en las diferentes librerías del país gracias a Dios, con una buena sensación. A la gente que ha ido a comprarlo les han dicho que se ha movido muy bien el libro.

Esta es la portada del libro ‘Silbato de Oro’, en donde se revela toda la vida del árbitro antioqueño, Wilmar Roldán.

¿Por qué Silbato de Oro?

Porque yo soy de una región que es el nordeste antioqueño, donde se extrae demasiado oro y mis inicios, como lo relato en el libro, fue acercándome a esos socavones donde se extrae este mineral (oro), entonces se conjuga el oro del nordeste con mi silbato.

Hace muchos años me regalaron un silbato de oro que lo atesoro con mucho cariño. Desde el año pasado dirijo con un silbato dorado, haciéndole alusión al libro.

¿Por qué a usted le gustó ser árbitro, cómo le nace?

Todos esos relatos están ahí en el libro y son bastante motivantes. Muchas veces uno piensa que hay gente que le dice algo a uno y uno no le presta la atención.

Yo, por retar a una profesora que estaba pitando un partido, ella me dijo que pitara yo y ahí empezó esta historia.

¿Cuántos años tenía?

Yo tenía 10 años en esa primera incursión en el arbitraje.

Ya desde esa edad ha mostrado usted que es un hombre de carácter, de temperamento, que no se deja manosear...

Sí, claro, como te digo, es que el libro va muy fundamentado en mis inicios de un muchacho, un niño montañero, y lo digo a mucho honor; soy un campesino. A nosotros nos enseñaron desde niños que había que trabajar, afrontar la vida con mucha fuerza y determinación, que no le tuviéramos miedo a eso, a ganarse el pan de cada día.

¿Qué ha sido lo más difícil durante estas más de dos décadas de ser árbitro?

A veces esa crítica visceral que hacen los medios de comunicación, de pronto a mí no me puede afectar mucho, pero a mi familia sí; mi entorno cercano a veces se sienten muy mal, no aguantan esas críticas.

Ahora con las redes sociales, obviamente que cualquier persona sentada o acostada en una cama en cualquier lugar del mundo se mete y vocifera cualquier cosa acerca de X o Y persona, entonces me parece que esa crítica es compleja, pero de resto no, como árbitro tengo que saber y comprender que eso hace parte desafortunadamente del folclor del fútbol.

¿Sus padres están vivos?

Mi mamá sí, yo no tuve papá. Lo relato también ahí en Silbato de Oro. Mucha gente me pregunta esa misma cuestión y por eso es la motivación de seguir el libro. Mi mamá, Luz Amparo Roldán, está viva, gracias a Dios seguimos con ella.

Doña Luz Amparo, me imagino que ve sus partidos y, normalmente en los estadios a ustedes las barras e hinchas los madrean con cánticos, ¿ella ha sufrido mucho con usted por eso?

Obviamente, yo a mi mamá nunca la llevaba a ver un partido de fútbol donde yo he estado, pero ella es una mujer montañera, verraca…los antioqueños, de pura sepa, no nos preocupamos por los malos comentarios porque nosotros al fin y al cabo sabemos quiénes somos, entonces una mala palabra o una mala en contra de nosotros no nos define ni como persona, ni como profesional, entonces las palabras las lleva el viento.

Wilmar Roldán, es muy respetado por los árbitros, además, porque su temperamento lo lleva a hacerse valer en la cancha. | Foto: David Jaramillo

¿Wilmar, usted tiene hijos?

Sí, señor, tengo una nena de 13 años, Mariana Roldán.

Y qué le dice Mariana, ¿sufre, se siente mal en el colegio porque también le dicen cosas a ella?

Sí, claro, pero yo a ella desde muy niña le enseñé eso de que iba a haber momentos de críticas, que los niños en la escuela le iban a decir algo, ya cuando obviamente los niños entienden quién es el papá y van a ir a decir a las casas que estudian con la hija de Wilmar Roldán.

Ella es una niña muy tranquila, muy madura, muy fuerte; tiene carácter así como el papá, entonces la ha tomado tranquila y cuando le dicen un mal comentario, les dice entonces piten ustedes.

¿Cómo usted llega a ser, si no es el mejor, uno de los mejores de los mejores árbitros en toda la historia del fútbol colombiano?

Es un tema bastante bonito porque es un premio a la constancia, a la autodisciplina, al compromiso diario con esta profesión que me llevó a recorrer el mundo, a estar en los mejores eventos a nivel mundial, ser reconocido como uno de los mejores árbitros del mundo y de nuestro continente; por eso puedo decir que está ahí en ese sitial importante, entre los mejores de la historia.

¿Qué tantos sacrificios hizo Wilmar Roldán para poder llegar ya a esa cima?

Muchos. La gente de pronto solo ve el éxito de una persona saliendo de los mejores partidos a nivel mundial, pero lo que me tocó pasar a mí, atravesar y sortear para lograr alcanzar mis metas y capitalizar mis sueños fue algo muy motivante.

Eso es creo que las cosas más bonitas que van a encontrar en el libro, no doblegarse ante las dificultades y ante el menosprecio que tiene la sociedad por la gente que de pronto venimos de abajo, de estratos socioeconómicos 0 o 1.

Así que es un llamado para que las personas que, desafortunadamente, nacen con estas carencias económicas o carencias familiares, no se dejen doblegar por esas dificultades.

¿Le tocó lo que es la siembra o qué parte del campo le correspondió a usted?

Sí, nosotros somos de una región que es el nordeste antioqueño, Remedios, allá no hay tanta agricultura, sino la minería. Obviamente, también se siembra yuca, plátano, plantaciones de todo esto, pero el fuerte de nosotros allá es la minería.

La gente allá nacía para ser minero, arriero o trabajar en los rentables, pero sí fueron momentos complejos porque yo nunca quise ser minero, nunca quise trabajar en eso, yo quería trascender y cuando me encuentro con este don que Dios me dio, pues ahí yo dije: aquí tengo la tabla de salvación, me voy a aferrar con todas las fuerzas que tenga para llegar a la cúspide del arbitraje y bueno eso me lo metí en la cabeza siendo un adolescente y gracias a Dios hoy podemos decir que lo logré.

Cuánto tiempo estuvo trabajando en una mina y si le daba ese temor porque no se ve la luz, no se ve nada…

Sí, esos socavones son bastantes complejos, pero yo como tal no trabajé en la mina, sino que era arriero. Era el ayudante de mi tío Santiago Roldán, que era el que llevaba las cargas de mina desde esos socavones hasta los rentables y veía el sufrimiento de esos mineros en esos socavones; inclusive tengo hermanos, primos, familiares que son mineros y yo decía que esa labor no me generaba a mí tranquilidad de meterme en un hueco que olía a muerte.

¿Qué sintió usted al ser de los pocos árbitros en el mundo que tuvo la oportunidad de pitarle un partido a Lionel Messi y a Cristiano Ronaldo?

Una maravilla. Son de los momentos más sublimes de mi carrera estar con los dos jugadores que para muchos están en el olimpo del fútbol mundial al lado de Maradona, Pelé y Johan Cruyff, entonces parece que haber estado con ellos en la misma cancha es un premio a mi carrera, a mi constancia, a no dejarme doblegar nunca ante las adversidades, siempre creer en grande y pensar que yo podía.

Wilmar Roldán en diciembre de 2003, cuando fue invitado a dirigir en el fútbol árabe, tuvo un roce con Cristiano Ronaldo, que luego fue aclarado y terminaron intercambiando camisetas. | Foto: Captura de pantalla: @DiarioMedi_a

¿Qué pasó en ese momento que causó mucha polémica cuando usted dirigió a Cristiano Ronaldo en Arabia en 2023, que él le hizo gestos de que usted había recibido plata?, ¿qué fue lo que ocurrió en ese partido?

La gente malinterpretó las cosas. Inclusive esa misma noche Cristiano y yo cambiamos la camisa; yo tengo la camisa de Cristiano y él se quedó con la mía.

La verdad es que es un competidor integral. Se desesperó un poco porque le habían dicho que no era fuera de juego. Allá en Arabia Saudita se tiene el sistema semiautomático que es el que define cuándo un jugador está fuera de juego o no, con una tecnología avanzada, y yo le decía que eso no era culpa de nosotros los árbitros, que era de la inteligencia artificial.

Entonces sí, se desesperó un poco porque era el clásico, era la Copa de Arabia y no quería perder el partido; ese gol era el empate, pero bueno, terminó en buenos términos todo, pero eso no lo muestra la cámara.

La gente solo muestra una parte de la historia. La otra vez iba a pitar un clásico y mostraron cuatro personas insultándome y eso se volvió viral, pero a los quince días yo pité un Jaguares Vs. Cúcuta donde tres mil personas se levantaron a aplaudirme y a corear mi nombre y eso no lo mostraron en ninguna red social. Por eso yo te digo, ante la crítica ni me bajoneo, ni ante el elogio me voy a ir a Júpiter.

¿Qué concepto tiene Wilmar Roldán del VAR? porque usted, sobre todo cuando recién ingresó el tema del VAR al fútbol, ha sido, si no es el único, de los poquitos que se ha ido en contra del VAR por su misma convicción de defender sus decisiones…

La tecnología vino para ayudar al fútbol a tener más justicia y para entender que cada jugada va a tener una revisión y que lo que se pretende es que todo sea diáfano y cristalino.

El problema es que nosotros veníamos, al menos yo venía muchísimos años sin tecnología, sin el servicio del VAR, entonces esa adaptación a eso cuesta, y más cuando es un árbitro de carácter que estaba acostumbrado a tomar decisiones trascendentales en un terreno de juego y ahí no había más nada que hacer.

Si se pitaba el penalti, era el penal, así fuera a caer el estadio, pero era penalti. Ya después uno veía si se equivocó o no; eso fue como lo más complejo de nosotros los árbitros de vieja guardia, adaptarnos al sistema del VAR.

Ahora los muchachos de esta época ya nacieron con el VAR y es una herramienta que ellos ya la van a tener más interiorizada en su progreso arbitral.

¿Hoy en día Wilmar Roldán acepta el VAR o sigue teniendo sus diferencias?

No, yo siempre he aceptado el VAR cuando está basado en el protocolo, que es un error claro, obvio y manifiesto. No tengo ningún inconveniente, yo sanciono una falta, saco una tarjeta roja y el VAR tiene que ir a revisarla; ese es su trabajo.

Y si ellos me dicen que no es roja, pues la observamos. Si yo, por consideraciones, por entendimiento de las reglas de juego, por comprensión del árbitro digo que no es falta, pues cambiamos la decisión. Pero si no, mantengo la mía.

¿Hay alguna acción que pitó de la que se arrepiente y dice, no debió ser así?

Cuando se dirigía sin VAR se tomaban las decisiones y todo el mundo prácticamente las aceptaba. Eso no era un tema de estar mirando en qué se equivocaba; me parece que todo lo que se sancionó fue y uno no va a venir aquí a decir que era mejor cambiar una decisión.

Vivo muy tranquilo con las decisiones que tomé; lo relato en el libro Silbato de Oro, el error más grave que yo cometí en mi carrera arbitral fue el de la final América Vs. Chico y eso hasta con VAR hubiera sido error. Entonces me parece que uno tiene que aprender en la vida a sobrevivir con el éxito y con las decisiones difíciles.

Wilmar, en Colombia los árbitros pueden dirigir hasta los 45 años y usted ya tiene esta edad, ¿el partido del clásico paisa de la semana pasada fue su último como árbitro profesional del fútbol colombiano?

Yo por edad ya cumplí la mayoría de edad, que son los 45 años, pero gracias a Dios, a lo que uno ha hecho en la profesión y la credibilidad que tengo en el país, la Federación Colombiana, la Dimayor, la Comisión Arbitral y la Comisión Técnica, han decidido que yo tengo las condiciones de seguir un año más.

¿Cuál es la realidad del porqué Wilmar Roldán no fue elegido para dirigir en el Mundial del próximo año?

Hay muchas cosas que quedaron ahí sobre el tintero, pero lo que yo puedo decir es que en un momento yo me reuní con el presidente de comisión de árbitros, Wilson Seneme, tuvimos una conversación bastante larga y él dijo que quería mostrar los árbitros hechos por él, que yo ya había ido a todos los torneos importantes a nivel mundial y lo había hecho varias veces, entonces optaba por mostrar unas nuevas caras, unos nuevos rostros del arbitraje suramericano, que con el dolor en el alma, pero que él iba a tratar de dar oportunidad a otra gente porque yo ya había ido a muchos.

Fue un momento triste para mí porque siento en el momento que se me coartaron las posibilidades de competir.

Wilmar Roldán reveló que por una inusual decisión que no comparte, no podrá dirigir en el Mundial, pese a ser uno de los mejores árbitros de Sudamérica. | Foto: COLPRENSA ©

A mí nunca me ha gustado que me regalen nada; yo lo que me he ganado lo he luchado, trabajado y así tiene que ser en la vida; el que hace bien es el que sigue, el que hace mal, pues no sigue. Él (Seneme) me dijo que algún día lo iba a entender cuando estuviera en su posición.

Esperemos a que la vida de pronto me siga enseñando y que algún día yo diga que él tenía la razón, pero hoy no la puedo dar.

Según el argumento de Seneme ni Messi, ni Cristiano, podrían jugar el Mundial por que están rondando los 40 años y van a jugar su sexto Mundial…

Aparte de superar la edad, es superar las participaciones, que eso es lo peor; entonces le hubiéramos dicho a Messi que no fuera a jugar su quinto mundial porque ya había jugado cuatro y no lo había ganado.

Hay gente que toma decisiones; usted sabe que cuando están en esos sitiales de poder hay gente que toma decisiones y el tiempo le dará la razón al que la tenga.