Primera de abono

La estrategia de los abonos para jóvenes y seniors dio resultado y la asistencia creció. Expectativa por ver a Marco Pérez, el ‘niño’ prodigio, que acaba de tomar su alternativa y promete ser una de las grandes figuras de la tauromaquia actual.

Un cartel de primera

Castella y Juan de Castilla. Toros de la dehesa de Juan Bernardo Caicedo, bien presentados, cumplieron. Peso y trapío. Desafortunadamente los diestros no tuvieron suerte con la espada y esto impidió los trofeos.

Faenas llenas de valor, estética y pundonor. Se lucieron con el capote y la muleta. Verónicas lentas como caricias y naturales, limpios y suaves. Música. Aplausos y Olés.

El español Marco Pérez, triunfador en Cañaveralejo durante la tarde de su debut. | Foto: El País

Un inicio afortunado

Cañaveralejo con media plaza llena de colores y alegría. La luna se asomó varias veces curiosa y contenta.

Olor a tabaco y jerez; olores inconfundibles, inherentes a la Fiesta Brava que nunca desaparecerá. Así se rasguen las vestiduras fariseos e ignorantes.

Mientras exista un toro de Lidia y un lidiador, existirá ese ritual sagrado y antiguo. Oleee.