Hace ya cinco años (25 de noviembre 2020) que partió al otro mundo Diego Armando Maradona, considerado uno de los mejores futbolistas que ha existido en el planeta.
Su muerte, después de 60 meses, aún sigue sin esclarecerse; sin embargo, el ‘pelusa’ dejó marcados a un par de futbolistas colombianos a los que dirigió, entre ellos el caleño Santiago Ramírez.
Hoy, a sus 28 años, Santiago Ramírez se siente un privilegiado. En su etapa de dos años en Dorados de Sinaloa, equipo mexicano, fue dirigido una temporada por el gran Diego Armando Maradona, quien le dejó impregnada su mente.
El futbolista caleño se cruzó con el argentino en Culiacán. Allí compartió camerino con el ‘pelusa’, quien lo marcó para siempre.
La llegada de Diego fue sorpresiva: “Teníamos otro técnico e íbamos muy mal, y a partir de ahí se especuló que iba a llegar Diego Armando Maradona, pero nadie creía que él fuera a llegar a un equipo de segunda división de México. Cuando llegó el ‘profe’ a Culiacán, fue algo inesperado”, anotó.
Para ese entonces, Santiago tenía 23 años y, por su corta edad, era tímido; sin embargo, pudo compaginar con Diego Armando, a quien calificó de “un genio, fue increíble conmigo y mis compañeros. Nos dejó muchas enseñanzas. Para mí, 10 de 10 como él decía. Fue una persona muy humilde, muy sencilla, algo que nunca pensamos que fuera así”.
Por otro lado, relató Santiago Ramírez que Maradona era un ‘enfermo’ por el fútbol. Más allá de la táctica, su punto clave era la mística que generaba en los planteles.
“Él nos motivaba mucho. Sus arengas eran impresionantes”, reveló Santiago, quien incluso, confesó que con el campeón del mundo lo único que servía, como buen argentino, era ganar.
“Había que ganar sí o sí, a toda costa, pero primero se debía jugar bien, pero cuando tenías que ir con toda, tirarla arriba y pelear, había que hacerlo”, recordó el deportista caleño.
Y es que esa forma de dirigir a los Dorados llevó al astro argentino a ser uno de los mejores entrenadores en la historia del equipo.
“Cuando él llegó, nosotros estábamos en el último lugar de la tabla de posiciones y, luego de unas ocho o nueve fechas, pasamos a ser segundos y luego primeros; incluso llegamos a dos finales consecutivas”, agregó.
Pero más allá de lo futbolístico, Santiago acentuó en que Maradona iba más allá de lo futbolístico: sus enseñanzas eran más de vida.
“Siempre nos hablaba como padre, que estuviéramos enfocados en las cosas buenas, en el fútbol, en la familia, que, al final, era lo que iba a prevalecer”.
Y lo que más lo marco fue al confesar que “Maradona hacía énfasis en los malos pasos que tomó, que no lo hiciéramos, que pudo ser más grande de lo que fue; por eso nos decía que debíamos ser mejores personas y escoger bien los amigos”.