Antes de iniciar este recorrido por las agrupaciones musicales femeninas, es importante mencionar que en el siglo IV, la Iglesia había desaprobado las expresiones musicales por parte de mujeres que no pertenecieran a una orden de monjas, lo cual fue institucionalizado mediante el Concilio de Trento. Solo hasta el siglo XVIII se permitió que las mujeres pudieran interpretar instrumentos como el piano, el arpa, la guitarra, la cítara y el laúd, siempre y cuando se hiciera de forma privada y en casa.

Desde finales del siglo XIX, en los que la mujer incipientemente empezaba a defender la bandera de su talento musical, la voz de la soprano habanera Rosalía Díaz de Herrera, que se conoció con el nombre de Chalía Herrera, se constituiría en la primera mujer en realizar una grabación en Latinoamérica, desde Cuba. En esa ocasión grabó, para la empresa Bettini Unnumbered, en un cilindro, el cual tenía duración de dos minutos, la habanera titulada ‘Tú’, composición del maestro habanero Eduardo Sánchez de Fuentes.

Con la voz de Chalía Herrera fueron apareciendo en el firmamento musical cubano otras cantantes como María Teresa Vera, Zoraida Marrero, Hortensia Coalla, Rosario García Orellana, Esther Borja y Rita Montaner, entre otras. Luego surgirían agrupaciones como Anacaona, de las hermanas Algimira, Xiomara, Concepción, Caridad, Ada, Olga, Alicia y Ondina Castro; Guillermina Foyo y su Orquesta Femenina Ensueño; Juanita Álvarez y su orquesta Femenina Las Hermanas Álvarez; Carmen Franco y La Orquesta de Señoritas Renovación; el Cuarteto de Aída Diestro, Obdulia Menocal y su Orquesta Femenina Hatahuey; y Nereida con su agrupación femenina Ensueño Tropical.
Además, aparecieron vocalistas tan importantes como Carmita Curbelo, Coralia López y Paulina Álvarez en una primera etapa, y otras más recientes como Celia Cruz, La Lupe, Olga Guillot, Omara Portuondo, Moraima Secada, Graciela Pérez y Elena Burke, sólo por nombrar algunas.

En Puerto Rico aparecen también grandes mujeres en el canto de la música afrolatina. A mediados del siglo pasado surgen, en la escena musical boricua, intérpretes femeninas como Carmita Jiménez, Ruth Fernández, Myrta Silva y Sylvia Rexach. Ya en el último cuarto del siglo XX salen a la luz otras intérpretes de tanta importancia como Nydia Caro, Lucecita Benítez, Olga Tañón y Martha Ivelisse Pesante Rodríguez que recordamos como Ivy Queen.

En Colombia se dio un importante movimiento de cantantes femeninas, a principios del siglo XX, con vocalistas como Sarita Herrera, de quien se dice es la abuela materna de Shakira, Mercedes Julbe y otras que empezaron a escucharse a principios de los años 50 del siglo pasado como Matilde Díaz, Esther Forero Celis, la samaria Helda, Haydée Barros y Gladys Julio, entre otras.

Pero es en Cali donde se da la génesis de un movimiento orquestal femenino que ha sido ejemplo para muchas agrupaciones de mujeres en el mundo, iniciando en los años 80 del siglo pasado con la participación activa de dos cantantes, como fueron la caleña María del Carmen Alvarado y su aporte en Bogotá y Cali en orquestas como Yemayá, Siguaraya y Cañabrava; y Luz Dary Zúñiga, nacida en Pradera, quien después de pasar por Manantial y El Son de Euterpe, crea su propia agrupación siendo ella la vocalista de Luz Dary y La Decisión.

Posteriormente aparece en el icónico sitio de bohemia, al norte de la ciudad de Cali, El Zaguán del Viejo Conde, la agrupación Gaviota o Las Gaviotas como también se conocieron, quienes fueron rebautizadas cuando la CBS las firmó proponiéndoles llamarse Son de Azúcar. Eran todo un espectáculo. Recuerdo en los inolvidables remates de corrida en el burladero 6 del Hotel Intercontinental, cuando en plena rumba subían a la tarima a realizar su presentación. Nadie quería bailar, todos queríamos verlas tocando nuestra salsa.

Lastimosamente la orquesta se disuelve. Las integrantes toman diferentes caminos. Olga Lucía Rivas, la fundadora de Son de Azúcar, traslada su residencia a los Estados Unidos, Francia Elena y María Fernanda se unen para crear D’Caché y luego se separan para iniciar cada una su propio proyecto. María Fernanda Múnera Ricci, La Orquesta Femenina Canela y Francia Elena Barrera Lerma, La orquesta Femenina D’Caché. La vocalista Diana Vargas asume su carrera en solitario, publicando dos LP, Diana Prohibida de 1993 y Tormenta de Amor de 1994, y un CD titulado Sin Conflictos, publicado en 2014.

Son varias las orquestas, aparte de las mencionadas, que surgen en la década del 90 del siglo pasado: La Tumbadora liderada por Jorge Gilkes, Masai, Yerbabuena, Boranda y Anacaona de Cali. La cantante y tecladista invidente Sandra Valladares estuvo primero con Renacer Antillano y posteriormente se retira para emprender con su propia agrupación Sandra Patricia Valladares y su Sexteto.

Así, siguen apareciendo orquestas femeninas en la ciudad: Marabá, las Chicas Madera, la orquesta Femenina Aché de Patricia Díaz, y Daysi La Perla Negra, hermana de Kike Harvey, quien grabó un único trabajo discográfico para el sello Sonolux, entre otras.

La música afrolatinocaribeña sigue avanzando y desarrollándose en el talento de músicos, interpretes vocales, autores y compositores. Los músicos hombres avanzan y en una gran cantidad de oportunidades se dan agrupaciones mixtas en las que la mujer tiene gran preponderancia en instrumentos de armonía y percusión. Pero definitivamente maestras egresadas de la facultad de música de importantes instituciones educativas de nivel superior como la Universidad del Valle, han tomado literalmente la batuta y han creado agrupaciones de mujeres, mostrando un gran talento y afinque en todas y cada una de sus interpretaciones.

Cali cuenta con más de 200 orquestas salseras actualmente, según cifra suministrada por la Secretaría de Cultura de Cali. Aunque muchos músicos conforman tres y cuatro orquestas, la Sultana del Valle se consolida tal vez, como la ciudad en Colombia con más agrupaciones musicales activas, trabajando todo el año en sus propias contrataciones y en acompañamientos a artistas internacionales, esto claro, antes de la llegada de la pandemia.

Retomando el tema de las mujeres en la música, me parece importante aclarar que este movimiento femenino no solo es de Cali y tampoco es de ahora. Por ejemplo, en Colombia, fuera de Cali, recordamos agrupaciones como Madame Charanga, la orquesta Caramelo de San Juan de Pasto, la orquesta de mujeres Yemayá, por donde pasaron Constanza ‘Conny’ Riveros, María del Carmen Alvarado, Amalia Beltrán, Alba Lucía Potes y Bertha Quintero, y la orquesta femenina Siguaraya, donde estuvieron Bertha Quintero, Jeanette Riveros, María del Carmen Alvarado y unas músicas procedentes de Cartagena.

En 1985, se funda la orquesta Cañabrava, en la cual también participó la licenciada en música de la Universidad del Valle, María del Carmen Alvarado.

En el Caribe colombiano, surge la agrupación Colombianas Salsa All Stars, dirigida por el trombonista Alberto Barros. En el área del Caribe, en Puerto Rico, también hay varias orquestas de mujeres, entre las que podemos destacar la agrupación Son Divas, quienes desde siempre se han mantenido como un formato musical femenino. En Perú, Son Tentación, orquesta integrada solo por mujeres. Cuba tiene varias orquestas femeninas además de Anacaona, como la Habanera, del barrio Buenavista, Aroma de Cuba, La Camerata Romeu, Las Chicas de Troya, el Quinteto Femenino D´Eva Cuba, Son Damas, Las Canelas, Ricachá, Las Caribe Girls, Cristal de Pinar del Río, Caramelo Son, Las Chicas del Sol y Salsa Morena, entre otras. En Brasil, el Octeto Femenino Brasil, la Orquesta Sinfónica de Mujeres de Río de Janeiro y el Quinteto Olympéa.

En México mencionamos la Banda Filarmónica Femenil Ka’ux, la Orquesta Sinfónica de Mujeres del Nuevo Milenio y la Banda Femenil de Texcoco. En Bolivia tenemos a la Orquesta Femenina de Bolivia. En Chile, el Coro y Orquesta de Mujeres de Chile. En Argentina, la Camerata Argentina de Mujeres, la Orquesta de Mujeres de las Fuerzas Armadas y el Quinteto Quintetas del Brass.

En Cali, la segunda ciudad con más orquestas femeninas después de La Habana, tenemos actualmente importantes orquestas femeninas, aparte de las tradicionales D’Caché y Canela, esta última, aunque de aquí, hoy radicada en los Estados Unidos.

Se destacan otros emprendimientos musicales por parte de músicas caleñas, quienes se han preparado con disciplina y rigor, en centros de educación superior musical como el Instituto Popular de Cultura, IPC, en la Universidad del Valle, en Icesi y en Bellas Artes. Cómo no destacar el esfuerzo por mantenerse vigentes de agrupaciones como Luz Angela Romero y Clave Latina, Yerbabuena y Pura Calle.

Esta última está conformada por 12 chicas en tarima con todo el sabor de Cali, como dice su eslogan, nació en 2008, bajo la dirección artística de Laura Isabel Linares y Paola Andrea Sánchez.

Otra agrupación que cuenta con un gran recorrido es la orquesta Chicas Madera, nacida en 1993, año en el que publicaron su primera producción titulada Encuentro Casual, bajo el sello Discos Victoria.

La verdad hay que reconocer el gran esfuerzo y tesón. Las mujeres caleñas han puesto un punto alto en la conformación de agrupaciones musicales. Boranda, Marabá, La Chiqui Band de Edgar Ávila y Las Ardillitas creada por Luis Carlos Ochoa, son otras agrupaciones musicales femeninas caleñas.

Otra de las agrupaciones que ha impuesto una forma de interpretar la salsa, es la Orquesta Femenina María Mulata, que se conformó en 2009, dirigida por Mayra Alejandra Echeverry, ex percusionista de la Orquesta Canela.

También cobran gran actualidad La Riversay Woman Big band del timbalero Armando Vargas, con la participación de más de 25 músicas. Las Guaracheras, un grupo musical dirigido por la conguera Laura Linares, sexteto conformado solo por mujeres, contando con un atractivo adicional y es que incluyen un vibráfono en sus interpretaciones.

En los últimos tiempos en Cali, surge la agrupación Son Mujeres, “La salsa en cuerpo de mujer”, como reza su eslogan, orquesta integrada solo por mujeres, herederas de Son de Azúcar.

Son 14 músicas dirigidas por la timbalera Mónica Castro, quienes le apuestan a tener una forma diferente de proponer el espectáculo musical, involucrando el teatro en todas sus presentaciones.

Haciendo este recorrido por las orquestas femeninas, puede uno seguir pensando que la salsa está viva, que la música vive, y que hay mujeres y hombres interesados en querer hacer el relevo generacional y proteger el legado que nos vienen dejando importantes músicos de todos los tiempos, y allí están las mujeres enarbolando la bandera y empoderando su gran talento y carisma musical.