El director general del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario Inpec, mayor general Mariano Botero, visitó Palmira para la inauguración del nuevo Comando de Reacción Inmediata que tiene como objetivo brindar apoyo a la región occidental del país.

En el marco de esta visita habló con El País sobre lo que se espera de este comando, explicó las estrategias que se están implementando en las cárceles para mejorar la calidad de vida de los privados de la libertad, contó cómo se ha desarrollado el proceso de vacunación contra el Covid-19 y dio detalles de lo que se está haciendo para reducir el hacinamiento que se vive en cárceles del Valle del Cauca.

¿Qué sectores cubre este nuevo Comando de Reacción Inmediata?

Este Cuerpo de Reacción Inmediata es un grupo especial que se creó en el centro del país. Lo que buscamos es que 40 uniformados vayan a otras zonas de Colombia. Allí mandamos a los más profesionales física, mental y académicamente. Todos ellos fueron capacitados para hacer las intervenciones en los centros penitenciarios y gracias a estos trabajos hemos logrado bajar el nivel de violencia que de una u otra manera se venían presentando.

Adicionalmente, se ha logrado la incautación de elementos prohibidos en las cárceles y que, gracias a estas operaciones, se ha mejorado la seguridad ciudadana en los diferentes municipios del país. Para nosotros es importante que este Comando de Reacción Inmediata impacte todo el suroccidente de Colombia, especialmente lo que es el Valle del Cauca y Nariño.

¿Qué se espera a futuro con esta nueva estrategia?

Lo que buscamos es bajar los niveles de agresión, descubrir elementos prohibidos, incautarlos y generar procesos que fortalezcan las investigaciones en la Fiscalía General de la Nación, que nos permita identificar esos actores que, aún privados de la libertad, quieren seguir delinquiendo.

Al inicio del 2020 el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario Inpec, informó que el hacinamiento de presos en las cárceles
del país representaba un 55 %.


En septiembre la tasa de hacinamiento carcelario en Colombia era de 18 %. ¿Cómo está el panorama actual en las cárceles del Valle del Cauca?


Respecto a las cárceles del Valle hoy el centro de reclusión que más nos preocupa es Villahermosa y por esto estamos trabajando para lograr reducir los niveles de sobrepoblación.

¿Qué se está haciendo al respecto, hay algún plan para construir más patios o pabellones?

En Villahermosa estamos trabajando con los jueces de ejecución de penas con el fin de que se estudien los casos de las personas que se crea que ya hayan cumplido con su condena y puedan gozar de su libertad.
Igualmente, lo que buscamos es que estas personas lleguen nuevamente a sus familias y generen procesos asertivos de resocialización y repersonalización.

¿El hacinamiento ha representado un problema adicional a la pandemia del Covid-19?

Sí, aquí es importante tener en cuenta que hace un año, a nivel nacional, el Instituto Nacional Penitenciario registraba un 54,5 % de hacinamiento. Pero, mediante actuaciones importantes y trabajo en equipo con los jueces de ejecución de penas y medidas de seguridad con la Fiscalía y el Ministerio de Justicia se ha logrado crear estrategias para reducir los niveles de sobrepoblación en los centros penitenciarios, hoy hablamos de un 16,7% de hacinamiento en Colombia y lo permitido por la Corte Constitucional es de un 20,7 %.

¿Cómo avanza el proceso de vacunación de los presos en todo el país?

Hoy estamos con el 47 % de presos vacunados a nivel nacional, por eso, de la mano con el Ministerio de Salud, estamos generando una campaña masiva de vacunación con el fin de incrementar estos porcentajes y que no tengamos un impacto grave del cuarto pico que ya se acerca.

¿Es muy descabellado pensar que en Colombia se podrían presentar motines o situaciones similares como ocurrió hace dos semanas en una cárcel de Ecuador?

Precisamente nosotros trabajamos con todo el equipo del Instituto Nacional Penitenciario, con todas las autoridades para evitar que esto suceda. Cuando tenemos una alerta inmediatamente activamos nuestro aparato preventivo, que es el Cuerpo de Reacción Inmediata, quienes a través de procesos judiciales y de actividades de inteligencia anticipamos el hecho para que esto no se vuelva un escenario mayor o algo que lamentar.

Uno de los delitos que más se comete desde las cárceles es la extorsión. ¿Qué se está haciendo para combatirlo?

Nosotros estamos trabajando de la mano con la Fiscalía General de la Nación y los Gaulas en todo el país para ingresar a los centros penitenciarios e identificar a estas personas para iniciar el proceso judicial por estos delitos.

Estas personas que se identifican pasan, posteriormente, a un proceso de repersonalización con el fin de evitar que sigan afectando la seguridad ciudadana. Un ejemplo muy claro es lo sucedido en Barranquilla donde dos individuos, que se encontraban recluidos en el centro penitenciario de Ibagué, estaban generando homicidios selectivos en Barranquilla, una vez identificados por el Cuerpo de Reacción Inmediata (CRI), el Gaula de la Policía y de la Dijín logramos mitigar estas actividades ilegales y se redujeron los niveles de violencia en esta ciudad.

El Director del Inpec también presentó a la orquesta Son de Villa, un grupo integrado por reclusos de la cárcel de Villahermosa de Cali...

Son de Villa es una orquesta que se viene gestando por iniciativa de los mismos reclusos y que hoy está a punto de participar en el disco de la Feria de Cali. Esto nos pone muy orgullosos porque estamos generando proyectos en los que privados de la libertad pueden mostrar su proceso de repersonalización con la sociedad sin ningún tipo de violencia.

¿Se están realizando proyectos similares para dar más oportunidad a los reclusos?

Sí, además de estos proyectos generamos labores preventivas, actividades de seguimiento psicológico firmando pactos en donde ellos se comprometen, como ciudadanos que cometieron errores, a que no van a permitir que se vaya a delinquir ni a afectar la ciudadanía al interior de los establecimientos. A estos procesos le llamamos pactos de no a la violencia, de no a la delincuencia y de no a la extorsión.

Para nosotros y para el país es importante el trabajo y el estudio en los centros penitenciarios, hoy el 64 % de las personas privadas de la libertad o están estudiando o trabajando.