En medio de las asonadas que han sufrido recientemente miembros de la Fuerza Pública en Colombia, el procurador general, Gregorio Eljach, advirtió que los promotores de estos actos en distintas zonas del país deben ser perseguidos y encarcelados, al tiempo que condenó enérgicamente estos actos de violencia contra los uniformados.
“Hay que perseguirlos y meterlos a la cárcel”, fue el contundente mensaje del alto funcionario.
Durante un evento en conmemoración del Día Nacional de los Derechos Humanos, celebrado en la sede del Ministerio Público en Bogotá, Eljach calificó como “lamentables” los episodios recientes en Caloto (Cauca) y Calamar (Guaviare), donde varios militares fueron retenidos por las comunidades locales.
En su intervención, señaló que este tipo de situaciones no se pueden permitir. A pesar de su llamado a la judicialización, el Procurador aclaró que es necesario analizar el contexto en el que se producen estos hechos.
“Hay que ponerse en los zapatos de estas comunidades indefensas, sometidas bajo las armas de grupos ilegales que los instrumentalizan y los amenazan para que vayan a secuestrar y a impedir la libre movilidad de nuestros soldados”, explicó.
Sin embargo, Eljach matizó que, aunque existe esta presión por parte de los alzados en armas, los civiles que participan en las asonadas deben ser conscientes de que están cometiendo un delito por el cual deben responder ante la justicia.
Finalmente, el jefe del Ministerio Público resaltó la actitud y la fortaleza demostrada por los soldados y policías afectados, quienes, según sus palabras, “prefieren pasar por esa vergonzosa situación y no levantar un arma, ni siquiera un golpe, contra un civil”, lo que demuestra su compromiso con los derechos humanos, incluso en situaciones de alta tensión.
Uno de los últimos hechos que han atentado contra la integridad de los uniformados ha sido el que sucedió la semana pasada en Putumayo, cuando dos militares que estaban destruyendo un laboratorio de coca fueron quemados por civiles que, al parecer, fueron instrumentalizados por disidentes de las Farc.
Ambos uniformados se encuentran recuperándose en el Hospital Militar de Bogotá.
Otro suceso fue el secuestro de los 45 militares en zona rural de El Tambo, Cauca, quienes fueron retenidos por aproximadamente 600 civiles que estarían siendo utilizados por la estructura criminal Carlos Patiño, perteneciente a las disidencias de las Farc de ‘Iván Mordisco’.
La situación se originó en horas de la tarde del pasado domingo, cuando un total de 72 militares fueron retenidos en la vereda Los Tigres, en la zona rural de ese municipio caucano.
*Con información de Colprensa y redacción de El País