Un grupo de cadetes de la Escuela Militar José María Córdova de Bogotá custodió como “guardias murallas” la primera noche del papa Francisco en la Nunciatura Apostólica de la capital colombiana.

Ataviados con un sombrero con penacho blanco, una guerrera verde con detalles rojos en el cuello y las mangas, así como con botones dorados y un pantalón blanco, ocho cadetes estuvieron vigilantes.

“Nuestro uniforme es símbolo de los soldados que anteriormente actuaron en las guerras del pasado. Nuestro penacho, el equipo de paradas que representa anteriormente el equipo, nuestra guerrera, un pantalón blanco con una línea roja en la lateral”, detalló la cadete Natalia Aguirre.

Los cadetes se repartieron por parejas a cada lado de la puerta de entrada de la Nunciatura y permanecieron en silencio y sin moverse, en turnos de cuatro horas.

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La selección de los cadetes estuvo determinada por el tiempo de antigüedad, que en el caso de Aguirre cursa el sexto nivel.

Eso para la cadete supone un orgullo y considera una gran oportunidad porque se definió como muy “devota y católica”, de prestarle un servicio al Sumo Pontífice.

En las siguientes tres noches que pase en la capital colombiana el Papa será custodiado por cadetes de la Fuerza Armada, la Fuerza Aérea y la Policía Nacional.