En una manifestación de fe que se mantiene viva a través del tiempo, centenares de feligreses se congregaron en la capital caucana para participar en la tradicional procesión de Nuestra Señora de Belén, una de las expresiones religiosas más representativas de Popayán durante la temporada navideña.
La jornada inició en la iglesia San Francisco, desde donde la imagen recorrió las principales vías del centro histórico hasta llegar al tempo de Belén, en medio de cánticos, oraciones y el acompañamiento de la comunidad creyente. Esta procesión forma parte de las celebraciones religiosas y culturales que caracterizan a la ciudad.
La tradición se remonta al año 1687, cuando fue instituida la cofradía de Jesús, María y José, y conmemora distintos momentos de la vida de la madre de Jesús, desde la presentación de la Virgen niña en el templo hasta los desposorios de María y José.
El recorrido culminó con una eucaristía y un concierto, en el marco de esta celebración religiosa, la cual se da después de la bajada de la virgen, la cual es una de las tantas celebraciones religiosas que se adelanta durante el último mes del año.
En el contexto de las festividades decembrinas, esta procesión se suma a otras expresiones de religiosidad popular, como la procesión de la Inmaculada Concepción, que se realiza cada 7 de diciembre y que inicia y finaliza en el templo del Carmen. Asimismo, los días 14 y 21 de diciembre se llevan a cabo las procesiones de Nuestra Señora de Belén, partiendo del templo de Belén y de la iglesia San Francisco, respectivamente.
Estas celebraciones, profundamente arraigadas en la historia de Popayán, continúan convocando a la comunidad, que año tras año se une para expresar su fe, preservar la tradición y renovar el significado espiritual y cultural de estas prácticas centenarias.
De ahí que esta actividad religiosa también aglutinó a los integrantes de otras instituciones, buscando así conservar esta tradición.
De ahí que Fernando Guevara Diago, presidente y representante legal de la Junta Permanente Nuestra Señora de Belén, explica que esta procesión se adelanta cada año, buscando integrar a las diferentes entidades o instituciones que están presentes en la vida cotidiana de los payaneses.
“La festividad de Nuestra Señora de Belén constituye una expresión religiosa, cultural y social de gran significado, una tradición viva y colectiva que conserva un profundo arraigo popular y un alto valor simbólico. Instituida en 1687 por la Cofradía de Jesús, María y José, esta celebración ha sido transmitida de generación en generación, fortaleciendo valores religiosos, culturales y sociales, y protegiendo un patrimonio propio que ha sabido transformarse con el paso del tiempo, aportando a la construcción de identidad y sentido de pertenencia entre los payaneses”, señaló el líder religioso.