Se adelantarán las exequias en la Catedral de la Inmaculada Concepción, en Neiva, del soldado profesional José Henry Ceballos Moreno, quien perdió la vida en el atentando del ELN contra la base militar de Puerto Jordán, en el departamento de Arauca.
La familia de este uniformado lo recuerda con mucho aprecio, más cuando se hizo cargo desde temprana edad del sustento de todos ellos, al igual que de un hijo, que aunque no de sangre, lo considera como su padre. Así de grande era su corazón, muestra de su calidez humana.
“Él era muy alcahueta con Matías, 11 años, se moría por el azúcar, ¡Dios mío!, a ese hombre le gustaba la Coca-Cola. Cuando estaba acá la casa, de permiso, si no se tomaba tres diarias no estaba bien. Su excusa siempre era que tenía mucho calor. También le encantaba mucho el chocolate, decía que hacía ejercicio, pero no adelgazaba, eso sí, era muy desordenado, pero mi mamá lo regañaba y él se ponía juicioso”, recordó Yury Alexandra Lozano, hija de crianza del soldado profesional.
José Henry Ceballos Moreno tenía 34 años de edad, era caqueteño, pero llevaba mucho tiempo radicado en la ciudad de Neiva, Huila, de donde salió para trabajar con el Ejército, el mismo que ahora enfrenta a los grupos armados al margen de la ley en diferentes partes del país.
En ese mismo atentado, seis de sus compañeros resultaron heridos y fueron trasladados hasta la ciudad de Yopal, Casanare, donde reciben ahora atención por parte de médicos especializados. El Batallón de Infantería Mecanizado No. 59, donde permanecía José Henry Ceballos Moreno, quedó reducido a escombros.
“Era muy buen hijo, eso sí hay que reconocerlo, comprometido con el bienestar de su mamá, de nosotros, le gustaban mucho los tatuajes. Tenía inscritos en su piel los nombres de mi mamá, de mi hermano y el mío. Le fascinaban ese arte. También era un apasionado del anime, veía y leía anime. Su favorito era Gokú, estaba obsesionado este personaje, él era natural del Caquetá, pero desde hace más de once años residía acá en Neiva”, agregó Yury, al recordar a su familia.
Este soldado de Colombia, con más 16 años de servicio en el Ejército Nacional, amaba a los animales y tenía planes de salir de descanso a finales de este mes de octubre para compartir con su familia, amigos, vecinos.
Pero la violencia, que anida en el corazón de algunos colombianos, truncó sus sueños. El día anterior al atentado, había conversado con su esposa, Norma Lozano, sobre los planes para cuando obtuviera el permiso de parte de sus superiores.
“Hace poco tiempo mi mamá habló con él de salir de la casa, porque el próximo año le entregarían la propia, y estaban planeando cómo sería y cómo la querían acomodar. Estaban bien, no habían tenido peleas, estaban más cariñoso de lo normal, no dijo que nos quería mucho”, recuerda la joven al momento de despedir a ese joven que fue su padre.
Finalmente, la joven compartió un mensaje a quienes ejecutaron el atentado, el cual se suma a una serie de hechos que golpean a un país entero. “Esa gente dice que buscan afectar al Estado, pero en realidad termina afectando a personas que solo cumplen con su trabajo, a las familias de esos uniformados que solo está sirviendo al país. Ellos no piensan en el dolor de otros. Mi mamá ahora está destrozada, tiene dos niños, entonces esto es muy complicado tener que vivir sin mi papá. La forma en que ellos ven las cosas está muy equivocada porque no dañan al Estado, lo que hace causarle un dolor muy grande a muchas familias”.
Hay que recordar que el comandante de las Fuerzas Militares, almirante Francisco Cubides, catalogó la acción del ElN en el departamento Arauca como un “acto criminal y demencial”.
“Frente al ataque terrorista adelantado con explosivos a las instalaciones del Batallón de Infantería Mecanizado número 59 de la Octava División en Puerto Jordán, donde lamentablemente fue asesinado nuestro soldado profesional José Henry Ceballos Moreno y otros seis han resultado heridos, quiero informar que hemos tomado todas las medidas para restablecer el orden y la tranquilidad en la zona”, agregó el oficial